Una serie de encuestas realizadas en Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos
Un nuevo estudio impulsado por la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y basado en una encuesta realizada en 8 países occidentales concluye que recurrir al miedo para hacer cumplir las medidas de seguridad frente a la Covid-19 puede "pasar factura" a la salud mental de la población, por lo que estos investigadores abogan por transmitir a la gente "la sensación de eficaces contra el virus" a través de una información "lo más clara posible".
"Al inicio de la pandemia, el grado en que nos sentimos personalmente informados y capaces de actuar afectó claramente al alcance de nuestro comportamiento para prevenir el contagio, por ejemplo, manteniendo la distancia y absteniéndonos de estrechar la mano", apuntan los investigadores.
"Estos hallazgos son importantes porque muestran una vía para el cumplimiento público de los consejos sanitarios sobre la pandemia que no está impulsada por el miedo personal", afirma uno de los tres autores del estudio y profesor de ciencias políticas de la universidad danesa, Michael Bang Petersen.
"Hoy, en la primavera de 2021, muchos países se ven afectados por una tercera ola de infecciones y las autoridades pueden verse tentadas a inducir el miedo para que la gente siga las directrices, y nuestras conclusiones ofrecen a los responsables políticos una alternativa", recalca.
De hecho, el estudio demuestra que cuando la gente se siente capaz de manejar la crisis, el impacto del miedo deja de ser importante. "Los que se sienten eficaces cumplen las directrices de las autoridades independientemente de que estén preocupados por su salud y la de sus familias, y también las cumplen independientemente de si confían en su gobierno y en sus conciudadanos", afirma Petersen.
"Nuestro estudio muestra que en la primera fase de la pandemia surgió un sentimiento de urgencia que hizo que la gente dejara de lado las consideraciones individuales y las diferencias políticas, y esta sensación hizo que la gente de todo el mundo dijera: 'Díganos qué hacer y lo haremos'", reitera el profesor.
MÁS DE 25.000 PARTICIPANTES
El estudio se basa en encuestas representativas realizadas en Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos (EEUU). Un total de 26.508 personas participaron entre marzo y mayo de 2020, mientras se desarrollaban los primeros acontecimientos de la pandemia.
"La investigación proporciona una visión única del comportamiento durante la primera ola de una crisis sin precedentes, que podemos utilizar tanto en el presente como a largo plazo", señala el experto.
A menudo, prosigue, los responsables de la toma de decisiones temen que la población entre en pánico. "Sin embargo, nuestros datos muestran que las autoridades no deben temerlo; por el contrario, deben informar a la gente con la mayor claridad posible sobre los retos reales y sobre cómo debe actuar la población", concluye Petersen.