El Viernes Santo ha devuelto a la vida, tras la llegada de la pandemia, una de las tradiciones de mayor arraigo en Peñaranda como es la ofrenda de las velas. Un acto tradicional y que finalmente este año ha vuelto a ponerse en marcha en la Ermita del Humilladero.
La
Cofradía y Cabildo del Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de las Lágrimas ha impulsado este acto, en el que los más pequeños han podido ofrecer las velas al Santísimo, a través de un protocolo especial de seguridad y sanitario, en el que se disponía una entrada
y una salida del Templo, pudiéndose entregar las velas por unidades familiares, evento para el que la Ermita abría sus puertas a los fieles desde las diez de la mañana y hasta las dos de la tarde, para evitar aglomeraciones.
Durante toda la mañana han sido cientos las familias que se personaban ante la imagen del Humilladero, para depositar en el cajón las velas y mostrar sus respetos a la venerada talla, además de hacerse las fotos de rigor para inmortalizar el cumplimiento de una de las tradiciones más queridas en la ciudad cada Semana Santa.