Su privilegiado enclave permite a este municipio aunar la tradición con espacios naturales de impresión en plena sierra, sin dejar de lado un microclima referente para vecinos y visitantes
Hablar de Candeleda es hacerlo de un pequeño paraíso, situado en uno de los enclaves más privilegiados en la falda de Gredos, en el que cultura, historia, gastronomía y naturaleza se fusionan para ofrecer al visitante una experiencia que, lejos de olvidarse, es sinónimo de repetir con asiduidad y ganas, siempre abierto a recibir al turismo que, ahora, debido a las restricciones sanitarias implantadas por la Covid, se muestra generoso y dispuesto ante los castellanos y leoneses.
Un municipio, con un censo sensiblemente superior a los 5.100 habitantes, considerado la puerta sur de Gredos, que destaca entre sus encantos por un casco antiguo cuidado y detallado, además de subrayar las numerosas rutas de senderismo y naturaleza que parten de la localidad, lo que les ha hecho conocidos y reconocidos a nivel nacional e internacional.
Ambientes de naturaleza y paz que, tal y como destaca David García, concejal de Turismo, "pueden recorrerse en bicicleta o corriendo, ya que son rutas especialmente diseñadas para disfrutarse en familia y de manera más deportiva, a través de las ubicaciones GPS, aunque entre nuestros objetivos inmediatos está el de señalizarlas todas ellas".
Hablamos de una localidad envidiable, donde los 20 grados de temperatura son una rutina desde marzo y hasta octubre, ya que su emplazamiento, situado a las faldas de Gredos, supone ofrecer un microclima envidiable, uno de sus principales factores positivos, lo que genera imágenes paradisíacas de calles y plazas regadas de palmeras y terrazas más propias de la isla blanca.
Entre los encantos a tener en cuenta, si de una visita reseñada se tratara, destaca el sorprendente Castro Celta de "El Freillo" en El Raso, yacimiento arqueológico donde los vetones vivieron aproximadamente en el siglo V antes de Cristo, que cuenta con expertos guías, algo que convive a la perfección con su imponente campo de golf, sin dejar de lado el atardecer privilegiado que puede vivirse en el Pantano de Rosarito. "Somos el municipio que más hectáreas aporta al parque de Gredos, aunque estamos a 400 metros de altitud, algo que asegura temperaturas agradables que, en fines de semana y en meses como este, han rozado los 25 grados, lo que ha supuesto disfrutar de un paisaje de visitantes y terrazas, siempre marcado por las estrictas medidas sanitarias implantadas por el coronavirus.
Además de lo artístico y medioambiental, Candeleda sobresale por una cuidada y única gastronomía, protagonizada principalmente por el queso de cabra o el cabrito, sin olvidar la delicada y cuidada producción local del pimentón, con una artesana industria sobre ello, sin olvidar sus clásicos higos, otro de los sellos distintivo de la tierra milenaria de Gredos.
Para aquellos castellanos y leoneses que estén en duda sobre su destino dentro de la comunidad para esta próxima Semana Santa, con cierre perimetral incluido, Candeleda supone un llamativo viaje ya que, a todo lo contado, se añaden sus más de 1.000 camas para alojamiento, lo que sitúa al municipio como uno de los referentes de toda la provincia abulense, teniendo como gran valor sus opciones de alojamiento para todos los bolsillos, pudiendo elegir entre hoteles, viviendas turísticas o Casas Rurales.
Entre los retos de futuro más inmediatos de Candeleda se sitúan la recuperación de sus dos pruebas nacionales en bici de montaña a través de sus rutas naturales, torneos relevantes de golf, además de señalizar los senderos mediante un complejo y laborioso trabajo que supondrá, además de una cuantiosa inversión del Consistorio, el trabajo de especial esfuerzo para los operarios municipales, quienes se afanaran en conseguir el objetivo ya que, tal y como señalan desde Turismo "este proyecto tenemos toda la intención de que pueda ver la luz el próximo mes de mayo y que pudieran estar completamente señalizadas a finales de este mismo año, pero esperamos que sea este verano cuando al menos estén ya completas y detalladas las rutas de mayor afluencia de visitantes".
En definitiva, Candeleda es buen clima, propio de un enclave mimado a las faldas de la sierra, donde el alojamiento, la cultura y sus gentes propician un ambiente envidiable que ya es una de las sugerencias más destacadas a nivel turístico y que ahora, con todas las medidas sanitarias cuidadas al detalle, pretende reforzarse, mostrando una imagen segura de naturaleza e historia casi en manga corta.