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¿Cómo fraccionar los gastos de la cuenta corriente sin tarjeta?: la nueva apuesta de la banca
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PAGOS A PLAZOS

¿Cómo fraccionar los gastos de la cuenta corriente sin tarjeta?: la nueva apuesta de la banca

Actualizado 24/03/2021
Redacción

Compras hechas con la tarjeta de débito, recibos domiciliados en la cuenta o, incluso, impuestos

¿Cómo fraccionar los gastos de la cuenta corriente sin tarjeta? Desde hace dos años, las fórmulas para fraccionar las compras han evolucionado a pasos de gigante. Ahora, la última idea de la banca para facilitar la financiación de grandes gastos está disponible también para aquellos sin tarjetas de crédito ni otros productos de financiación contratados. Esta nueva fórmula, tal y como explican desde el comparador financiero HelpMyCash.com, permitirá pagar en varios meses compras hechas con la tarjeta de débito, recibos domiciliados en la cuenta o, incluso, impuestos y, por ahora, únicamente un tercio (36%) de las entidades la ofrecen, de acuerdo con el análisis del comparador.

¿En qué consiste la nueva forma de fraccionar gastos?

Su funcionamiento es muy sencillo. Cualquier compra o gasto que aparezca en el extracto de la cuenta corriente y que cumpla los requisitos del banco se podrá pagar a plazos, aunque sea un recibo domiciliado o una compra abonada con una tarjeta de débito. Si optamos por fraccionar uno de estos gastos, el banco nos reembolsará el dinero pagado (ya que la mayoría de estas compras se han hecho con cargo al momento) y nos cobrará cada mes la cuota correspondiente según el plazo que hayamos elegido, nos explica HelpMyCash.

Según la entidad, los gastos de la cuenta deberán ser de un importe mínimo. De media, se podrán financiar compras desde 175 euros, aunque algunas entidades como BBVA bajan este importe a los 50 euros y otras como Bankia lo suben hasta los 250 euros.

Su coste también es muy variable, ya que algunas entidades lo ofrecen como un servicio de fraccionamiento gratis, como Evo, aunque otras, como el Sabadell, aplican un coste del 26,4% TIN, superior al de una tarjeta de crédito. Es importante revisar cuánto pagaremos en total por fraccionar un gasto pagado a débito para valorar si nos vale la pena o no fraccionarlo.

Este servicio está disponible para clientes con la nómina domiciliada o ingresos regulares en la entidad que lo ofrece y para los movimientos de la cuenta o la tarjeta de débito que cumplan con el requisito del importe mínimo. De manera similar a como se promocionan los préstamos preconcedidos, este servicio aparecerá en la banca online si está disponible.

Si nos aparece como opción de financiación, simplemente deberemos seleccionar en el extracto de la banca online la operación que queremos pagar en varias cuotas, elegir el plazo y hacer clic en "confirmar operación".

Fraccionar compras que no teníamos pensado tiene peligros

Si bien la principal ventaja de este tipo de fraccionamiento de compras pagadas en principio a débito es su rapidez y comodidad, ya que se puede contratar "en un solo clic", también es su principal desventaja. Fraccionar compras y facturas significa endeudarse, contraer la responsabilidad de devolver el dinero y, en la gran mayoría de los casos, pagar intereses por ello.

Tener la opción de financiar compras pagadas a débito, cuando nuestra intención era pagarlas al momento, puede hacer que gastemos de más al pensar que podremos pagar este gasto en varios meses. Esto conlleva un riesgo de sobreendeudamiento y una falsa sensación de estar pagando menos de lo que realmente pagaremos.

Por ello es importante no usar este servicio cada vez que nos lo ofrecen, sino únicamente en momentos puntuales en los que pueda ser de utilidad realmente y siempre que tengamos los recursos para devolver el dinero y sepamos cuánto nos va a costar el servicio. Por ejemplo, si tenemos que pagar la declaración de la renta, fraccionar en dos o tres meses el pago a Hacienda podría ser de utilidad para evitar juntar en un único mes varios grandes gastos.