Durante la pandemia se ha producido una "paradoja" y es que "cuando apenas se podía salir más que a tirar la basura o comprar el pan, actividades que de manera tradicional se atribuyen a las mujeres, pasaban a efectuarse por los hombres"
"El feminismo no ha parado en estos meses", al contrario, "se ha reinventado" para seguir reivindicando la necesaria igualdad de mujeres y hombres", así como "la importancia de erradicar la violencia de género". Así lo apunta Marta del Pozo, profesora titular de Derecho Procesal y Coordinadora del Doctorado en Estudios Interdisciplinares de Género y Políticas de Igualdad de la Universidad de Salamanca, con quién hemos hablado de cómo la pandemia de la Covid-19 ha condicionado también en estos meses la agenda feminista. Al 8M más atípico le pide "que no pierda su esencia, que sea tan reivindicativo como siempre y que sepa adaptarse a la situación de pandemia para conseguir la reivindicación de nuestros derechos sin crear riesgos para la salud".
¿Hasta qué punto la pandemia ha afectado a la visibilidad de los derechos y reivindicaciones de las mujeres?
Es evidente que la pandemia ha condicionado y condiciona aún toda la política legislativa. Aún así considero que el feminismo no ha parado en todos estos meses, al contrario, se ha reinventado y ha utilizado las redes sociales y las nuevas tecnologías para seguir reivindicando la necesaria igualdad de mujeres y hombres, así como la importancia de erradicar la violencia de género. Se han seguido celebrando eventos on line sobre todas estas cuestiones. Por lo que la visibilidad se mantiene y se sigue exigiendo que la agenda feminista no deje de estar encima de la mesa, además de que la perspectiva de género se proyecte de manera transversal en todas las decisiones políticas y legislativas.
Si tenemos en cuenta que el 70% de las tareas de cuidado recaen en las mujeres, ante esta situación de pandemia, ¿se corre el riesgo de que se hayan agravado las desigualdades?
Por supuesto. No hay que olvidar que, por ejemplo, con el cierre de las escuelas las mujeres han sufrido la presión de cuidar con las dificultades propias de la conciliación, a lo que hay que añadir en muchísimos casos la tensión cuidado/teletrabajo.
De todas formas sí que se ha producido una paradoja sobre la que hay que reflexionar, y no es otra que en lo más duro del confinamiento cuando apenas se podía salir más que a pasear el perro, tirar la basura o comprar el pan, estas actividades que de manera tradicional se atribuyen a las mujeres, que son quienes las hacen, pasaban a efectuarse por los hombres, puesto que en ese concreto momento salir de casa para hacer todo esto era un privilegio, que dada la sociedad machista y patriarcal en la que vivimos viene tradicionalmente atribuido a los hombres.
¿En algún momento de esta pandemia se ha dejado de prestar la debida atención a la violencia de género?
Pienso que no, por ejemplo, las asociaciones de ayuda y asistencia a las supervivientes de violencia de género, que no víctimas, no me gusta ese término, se han adaptado a las circunstancias y no han dejado de funcionar ni un minuto. Del mismo modo desde el Ministerio de Igualdad se elaboró una Guía de actuación para mujeres que estén sufriendo violencia de género en situación de permanencia domiciliaria derivada del estado de alarma por COVID-19. La violencia de género no ha dejado de crecer en esta pandemia, no nos engañemos, según datos oficiales, en los 11 primeros meses del año 2020 las llamadas al 016 aumentaron con respecto al mismo periodo del año anterior, un 16,7%
¿Erradicar estereotipos pasa ineludiblemente por incidir aún más en educar en y por la igualdad?
Efectivamente. La violencia de género es el símbolo más brutal de la actual desigualdad de mujeres y hombres, los mitos y estereotipos de género, esas pretendidas diferencias artificiales entre mujeres y hombres, que no son reales, solo pueden cambiarse con una apuesta por la educación en, para y por la igualdad en la escuela y en el resto de niveles educativos y en la familia.
Las redes sociales y las nuevas tecnologías, ¿subestimamos los riesgos que pueden conllevar? (como una herramienta de maltrato o acoso a las mujeres)
Creo que actualmente no, hace unos años sí. Pero en este momento quienes nos dedicamos a la docencia y a la investigación en estas materias somos conscientes de que existe lo que podemos denominar "ciber violencia de género". Muchísimas mujeres son acosadas, amenazadas, injuriadas, calumniadas o violentadas no solo por las redes sociales sino a través, por ejemplo, de whatsapp que por su configuración es un método idóneo para contribuir al control que pretende el maltratador, y que por supuesto es violencia de género. Por eso pide a la mujer que le envíe su ubicación en tiempo real, que le conteste de manera inmediata o que muestre cuando ha sido su última conexión.
¿Qué le pide a este 8M, tan atípico?
Que no pierda su esencia, que sea tan reivindicativo como siempre y que sepa adaptarse a la situación de pandemia para conseguir la reivindicación de nuestros derechos sin crear riesgos para la salud.