Reprocha las opiniones de algunos representantes eclesiásticos sobre el aforo en un momento en el que se producen muchas muertes a causa del coronavirus
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha asegurado que tanto a él como al presidente, Alfonso Fernández Mañueco, como "creyentes", les "duelen" las críticas de algunos representantes eclesiásticos a las restricciones de aforo en los templos de la Comunidad porque ha defendido que "el centro del mensaje, cuando mueren tantas personas, no es el aforo" de las iglesias sino "proteger la vida de mis hermanos".
Así lo ha señalado Igea en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Junta, en la que hoy se ha anunciado que el criterio para establecer las limitaciones en los templos pasa de ser las 25 personas a un tercio del aforo normal. "A mí, y al presidente de la Junta, que somos creyentes, nos duele, porque lo de que donde dos o tres están reunidos en mi nombre allí estoy presente yo, sigue vigente", ha recalcado con una cita de uno de los mensajes de Jesucristo.
En este sentido, ha reprochado que las opiniones manifestadas por algunos representantes eclesiásticos, como el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, han sido sobre "si el aforo de los templos es un 30 o un 50 por ciento" en un momento en el que se producen muchas muertes a causa del coronavirus.
"No me importa quien lo diga, no está en la Biblia, ni en el Nuevo Testamento decir amén a todo lo que diga un cardenal. Tengo mucho respeto por la jerarquía católica, pero tengo más respeto por el mensaje y el mensaje evangélico me lleva a proteger la vida de mis hermanos y yo hago lo que creo que tengo que hacer como político y como cristiano", ha enfatizado. "Los creyentes creemos que lo importante es el mensaje, no el mensajero y la mejor de las cartas puede ir de las manos de un mensajero andrajoso", ha añadido el vicepresidente.
Asimismo, ha recordado que un país católico como la República de Irlanda cerró "todos los templos" en el peor momento de la pandemia y ha aseverado que si hubiera podido habría ordenado el cierre de todos en Castilla y Léon el pasado mes de enero "porque la situación así lo indicaba", pero el decreto del Estado de Alarma no lo permitía.
En cualquier caso ha querido subrayar el agradecimiento por parte de la Junta de Castilla y León a "gran parte del trabajo de gran parte de la Iglesia" y de personas que se dedican a "defender a los más débiles, a los que más sufren en la crisis". Por otra parte, el vicepresidente ha aclarado que el horario de cierre de los templos religiosos, como se aclaró ayer en un CECOPI, al igual que el de las actividades no esenciales está establecido a las 20.00 horas.