"Es fundamental el soporte psicológico, educativo y social, que se realiza al paciente y su entorno", explican María del Carmen Mendoza y Almudena González, oncólogas pediátricas del Hospital de Salamanca
Con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, que se celebra este lunes 15 de febrero, SALAMANCA AL DÍA ha tenido la oportunidad de entrevista a dos oncólogas pediátricas del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Esta es la charla que hemos tenido con María del Carmen Mendoza y Almudena González, profesionales que trabajan diariamente con menores afectados por esta enfermedad.
El diagnóstico precoz del cáncer en la infancia es fundamental para iniciar el tratamiento lo antes posible. Por ello, consideramos de vital importancia que todos los profesionales implicados en la atención de los pacientes pediátricos tengan una adecuada formación que les permita reconocer los signos y síntomas de alarma y establecer un diagnóstico sospecha. Estos datos han sido recogidos en un documento creado para este fin por la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas.
Los pacientes son tratados dentro de protocolos nacionales e internacionales y pueden incluir diferentes modalidades de tratamiento como quimioterapia, radioterapia y en algunos casos trasplante de progenitores hematopoyéticos. El mejor conocimiento de la genética del cáncer y la biología de los tumores ha permitido desarrollar en los últimos años tratamientos dirigidos frente a determinadas dianas moleculares y favorecer el desarrollo de la denominada medicina de precisión.
Una vez finalizado el tratamiento, mantenemos un seguimiento estrecho de nuestros pacientes para poder detectar recaídas de forma precoz. A medida que transcurre el tiempo desde el fin de la terapia, el riesgo de recaída disminuye de manera proporcional, siendo muy bajo a partir del 5º año de seguimiento.
Las mejoras experimentadas en los tratamientos han permitido aumentar la supervivencia de los pacientes con cáncer, llegando a alcanzar tasas de curación del 85-90% en algunos casos. Esto conlleva un mayor número de niños supervivientes que pueden presentar efectos tardíos a largo plazo, relacionados tanto con la enfermedad como con el tratamiento, que pueden afectar a cualquier órgano y sistema. Por ello, es importante el seguimiento prolongado de estos pacientes, así como la coordinación entre los distintos especialistas implicados en su atención, para detectarlos precozmente.
El diagnóstico de cáncer supone una ruptura importante con las rutinas diarias yla dinámica familiar. En este sentido, es fundamental el soporte psicológico, educativo y social, que se realiza al paciente y su entorno. En nuestro caso, consideramos destacable el papel llevado a cabo por la Asociación de Padres y Familiares de Niños Oncológicos (Pyfano), así como el Aula Hospitalaria. Consideramos necesario implicar al paciente en el proceso de información, adaptándola a su capacidad de comprensión, con el objetivo de favorecer la expresión de todas sus dudas e inquietudes, y poder establecer una relación de confianza con él y su familia.