"Las mujeres trabajadoras somos ejemplo de fortaleza, es nuestra forma de afrontar la vida, somos así, valientes"
Ángela Sánchez es médico familiar vía MIR y está también especializada en Educación Física y Deporte. Es una de esas mujeres que hace cuarenta años decidió formar parte del cambio, cursando estudios universitarios en Medicina entre 1979 y 1985. Hoy, con motivo del Día Mundial de la Mujer Médica, nos cuenta cómo fue ese gran paso que formó parte de la lucha por la igualdad de las mujeres en una época de tránsito. En aquellos años se comenzaba a ver un aumento de mujeres en la universidad y su promoción fue la primera con numerus clausus (limitación de plazas), estudios que realizó con esfuerzo y perseverancia.
Se trasladó a Madrid para realizar la especialidad vía MIR de educación física y deporte y las prácticas en el Hospital Princesa, por lo que regresaba a casa cada dos días. Tras finalizar sus estudios decidió casarse en un momento en el que la sociedad no tenía asimilada la libertad para la mujer y el matrimonio "era la única opción para salir del hogar familiar", aunque admite que es muy importante con quien te encuentras en el camino para apoyarse y, además, abrió su propio centro privado por lo que su vida giraba en torno al trabajo y los estudios.
Su experiencia profesional se inició en el servicio de Urgencias del Hospital de Béjar donde empezó el dilema entre ser mujer, tener hijas, trabajar y compaginar horarios, "trabajaba y trabajo muy duro, con guardias y los días libres los aprovecho para acudir a mi centro privado, hace años que pasó más de 12 horas al día fuera de casa".
Por eso, en estas circunstancias, es evidente que la conciliación laboral y familiar es difícil aunque Ángela considera que las limitaciones que se ha encontrado en su camino han sido autoimpuestas por ella misma que trabaja tanto y no quería desatender sus obligaciones como madre.
La doctora Sánchez, que actualmente ejerce en las Urgencias del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, reconoce que se considera una mujer dura, que nunca ha cogido bajas, ni horas, maternales y que demuestra las cosas trabajando, "me gusta que me lo pongan difícil y cuanto más difícil es algo, mejor respondo". Además, defiende que "las mujeres trabajadoras somos ejemplo de fortaleza" y que, a veces, "no nos damos cuenta de si el sistema nos está atrapando o simplemente es nuestra forma de afrontar la vida, somos así, valientes".
Por otro lado, admite que la llegada de la pandemia supuso un giro total en la forma de trabajar y su vida personal puesto que, en su caso, el 16 de marzo recibió una llamada que cambió todo, "me dijeron que no fuera a Béjar, que esa misma noche iba a la unidad COVID del clínico, nos metieron a mogollón y los pacientes se apilaban" añade. Así fue como Ángela afrontó la pandemia, cambiando de hospital de un momento a otro, aprendiendo normas que cambiaban diariamente y viendo el caos en un 'hospital de guerra'.
Esta médico de familia reconoce que "están siendo meses duros, sacando lo peor y lo mejor de cada persona, estamos cansados pero con el espíritu sanitario y esa energía interna de saber que estamos haciendo algo bueno, aunque también vemos lo fácil que es que te cambien la vida en unos minutos".