El Ayuntamiento basará este estrategia en la creación de espacios verdes, la correcta gestión de los residuos y la promoción de la movilidad sostenible y la eficiencia energética
Hoy se celebra el Día Mundial por la Reducción de Emisiones de CO2, una fecha designada por la ONU para crear conciencia y sensibilizar sobre el cambio climático y los impactos medioambientales que ocasiona. El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases de efecto invernadero (GEI) más conocidos por su impacto en el cambio climático, cuando llegan a la atmósfera, retienen parte del calor que el sol nos envía y sin ellos, la Tierra estaría helada.
Sin embargo, cuando la cantidad de estos gases aumenta y se altera el equilibrio, el clima cambia y se comporta de manera distinta, generando situaciones extremas con una importante incidencia en la economía, la sociedad y la salud, ya que puede conllevar la propagación de enfermedades infecciosas. En la actualidad, las actividades económicas humanas generan la emisión de una gran cantidad de estos gases y por ello es fundamental el desarrollo de políticas y actuaciones que sirvan para mitigar estos efectos.
Para hacer frente a esta problemática global, el Ayuntamiento de Salamanca trabaja bajo la hoja de ruta de Savia, su Estrategia para el Desarrollo de una Infraestructura Verde para construir una ciudad más saludable y sostenible, a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático a través de actuaciones concretas que promueven la renaturalización, la gestión de recursos hídricos, infraestructuras y equipamientos adaptados a fenómenos meteorológicos extremos, y medidas de salud ambiental en colectivos específicos
Medidas concretas para la mitigación y adaptación al cambio climático
Salamanca es una ciudad comprometida con un nuevo modelo ambiental, que ha decidido enfrentar de forma conjunta y coordinada las iniciativas de mitigación y adaptación al cambio climático bajo el paraguas de la estrategia Savia. Ambas iniciativas son la cara de una misma moneda: la mitigación se ocupa de la reducción de emisiones de CO2 y la adaptación de la reducción de la vulnerabilidad climática.
Por un lado, el Ayuntamiento promueve medidas de mitigación, para reducir las emisiones de CO2, a través de un Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible de Salamanca que se está ultimando actualmente cuyo objetivo es reducir al menos un 40% las emisiones de dióxido de carbono para el año 2030, un ahorro mínimo del 27% en la eficiencia energética y sustituir un mínimo del 27% del actual consumo por otro proveniente de energías renovables, además, de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible y un Plan de Ahorro Energético (en ejecución).
Por el otro lado, el Consistorio promueve medidas de adaptación a partir de soluciones basadas en la naturaleza, para reducir la vulnerabilidad de la ciudad mediante una Estrategia Municipal de Adaptación al Cambio Climático de Salamanca (EMACCSA).
A través del Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible, el Ayuntamiento de Salamanca desarrolla medidas de ahorro y eficiencia energética (introducción de tecnología Led en el alumbrado público, edificios municipales sostenibles, entre otras), un mayor uso de las energías renovables, la electrificación de procesos industriales y la implementación de medidas de transporte eficientes (uso de gas como combustible del autobús urbano, autorización de puntos de recarga para vehículos eléctricos o introducción de bicicletas eléctricas en el sistema municipal de alquiler SalEnBici).
Mediante la Estrategia Municipal de Adaptación al Cambio Climático, el Consistorio promueve la renaturalización de la ciudad mediante corredores e infraestructuras verdes, además de la gestión de recursos hídricos (telegestión de riego en zonas verdes y sistema GAP para reducir las roturas de tuberías de aguas), infraestructuras y equipamientos adaptados a fenómenos meteorológicos extremos, y medidas de salud ambiental en colectivos específicos.
Una de las principales medidas necesarias para ganar resiliencia frente al cambio climático es la introducción de la naturaleza en la ciudad, creando espacios vegetales que sirvan como sumideros de carbono que retienen el CO2 y, en ese sentido, la estrategia Savia y los proyectos integrados dentro de la misma, como el LIFE Vía de la Plata y la EDUSI TORMES+, incorporan soluciones basadas en la naturaleza y la creación de corredores verdes en el centro urbano, con un importante aumento de la masa arbórea en el centro urbano.
En cuanto a movilidad, otro de los elementos fundamentales sobre los que intervenir para reducir las emisiones, el consistorio de Salamanca está realizando un importante impulso de la movilidad ciclista dando continuidad y cohesión a la red de carriles bici que rodea todo el perímetro de la ciudad y está conectado con el centro, hospitales y campus universitario y actualmente ronda los 43 kilómetros en total. Además, las acciones de la estrategia Savia suponen la regeneración de espacios que primen al peatón y favorezcan una movilidad más sostenible en detrimento del vehículo privado. Por otro lado, el Ayuntamiento está realizando un gran esfuerzo para incorporar a la flota municipal vehículos respetuosos con el medio ambiente, contando en la actualidad con un 41% del parque móvil bajo estos criterios. Además, Salamanca cuenta ya con dos puntos de recarga de vehículos eléctricos para uso de la ciudadanía y tiene planificada la instalación de otros 13 en la zona urbana.
Otros de los puntos importantes sobre los que una ciudad puede actuar para mitigar los efectos del cambio climático tiene que ver con la gestión de residuos, una actividad altamente generadora de gases de efecto invernadero. En ese sentido, según los últimos datos disponibles, correspondientes al año 2020, la recogida selectiva de residuos se mantuvo con respecto al ejercicio anterior pese a la pandemia y los meses de confinamiento domiciliario, batiendo por ejemplo un nuevo récord histórico en el reciclaje de envases. Por otro lado, el Ayuntamiento ha desarrollado además actuaciones directas para reducir la presencia de escombros en el extrarradio de la ciudad, intensificando las medidas de prevención, vigilancia y sanción, lo que ha originado una reducción del 94% de estos residuos en apenas un año.