Se depositó una corona de laurel junto al monolito creado en memoria de las víctimas en el Parque de La Glorieta
El Día de San Sebastián más extraño que se recuerda arrancó en el tramo inicial de la mañana del miércoles en el Parque de La Glorieta, con un homenaje por parte del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, de la Cofradía de San Sebastián, y de la Diócesis Civitatense (es decir, de las tres entidades implicadas cada año en la celebración del patrón de Miróbriga) a las víctimas que está dejando en la ciudad el coronavirus.
El homenaje tuvo lugar en concreto en el monolito que fue instalado el pasado verano en el citado Parque en memoria de las víctimas que está dejando la pandemia, en torno al cual se congregaron el alcalde Marcos Iglesias, el presidente de la Cofradía, Alipio Carlos Martín, el Administrador Apostólico de la Diócesis, Jesús García Burillo; los concejales Ramón Sastre, José Manuel Jerez y Jorge Labajo; el jefe de la Policía Local, Narciso Caridad; dos agentes de servicio, varios responsables más de la Cofradía, y algún que otro curioso que se quiso acercar.
El acto, bastante sencillo, se abrió con unas palabras del alcalde Marcos Iglesias, quién incidió en que se trata de "un momento triste para la sociedad, para el mundo y para Ciudad Rodrigo". Tras esas palabras, se guardó un minuto de silencio y hubo un solo de trompeta antes de que Marcos Iglesias, Alipio Carlos Martín y Jesús García Burillo depositasen una corona de laurel (con una cinta con la bandera de España en la que lucía un crespón negro) a los pies del monolito, finalizando el acto con una ronda de aplausos.