Así se conocían antiguamente las casetas de cobro de los tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, que estaban en las entradas de Salamanca
Con este nombre popular, "Fielato", se conocían antiguamente las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías. El nombre oficial de estas casetas era el de estación sanitaria, ya que también servían para ejercer un cierto control sanitario sobre los alimentos que entraban en las ciudades.
El término procede del fiel o balanza que antiguamente se usaba para pesar los productos y cobrar así la tasas correspondientes. Más de cien años estuvieron estos edificios aduaneros vigilando los trasiegos de mercancías por todos los pueblos y la mayor parte de las ciudades españolas.
Las entradas de Salamanca estaban vigiladas por los guardias del fielato, más temidos incluso que la Guardia Civil. En cada caseta estos aduaneros paraban a las personas que entraban con sus mercancías, inspeccionando si transportaban alguna mercancía susceptible de pago o tasas.
Desde los años 50 del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX, estas oficinas municipales se encargaban de controlar toda mercancía que entraba, cobrando los impuestos correspondientes por ello.
Actualmente los fielatos han sido sustituidos por otros mecanismos con los que el Estado puede controlar la fiscalizadora y la sanidad de los alimentos.
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