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Raúl Berzosa habla de su controvertida salida de la Diócesis en un diario de su ‘nueva vida’
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DIÓCESIS DE CIUDAD RODRIGO

Raúl Berzosa habla de su controvertida salida de la Diócesis en un diario de su ‘nueva vida’

Actualizado 15/12/2020
David Rodríguez

Afirma que tuvo que "sacrificar, en cierta medida, hasta mi propio hijo, mi querida Diócesis de Ciudad Rodrigo, lo que me rodeaba y a quienes me rodeaban"

El que fuera Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo entre febrero de 2011 y enero de 2019, y que todavía permanece como Obispo emérito de la misma, Raúl Berzosa Martínez, ha publicado un libro titulado Creo, amo, espero... ¡luego existo! (cuyo subtítulo es Del hogar monacal a las periferias urbanas) en el que trata su controvertida e inusual salida de la Diócesis Civitatense, primero con un retiro temporal concedido por el Papa Francisco y posteriormente con una renuncia definitiva al Gobierno de la Diócesis.

El libro funciona como un diario, desgranando las cuatro etapas vividas por Berzosa desde que se marchó de retiro temporal, al mismo tiempo que va hablando de lo ocurrido previamente. Esas cuatro etapas son su estancia en el monasterio francés de En Calcat desde el 30 de junio de 2018 al mes de diciembre; un mes de ejercicios espirituales en Roma entre el 10 de diciembre de 2018 y el 10 de enero de 2019 (días después presentó su renuncia definitiva a la Diócesis de Ciudad Rodrigo); la "rica y fecunda experiencia pastoral" en Bogotá (Colombia) entre febrero y julio de 2019; y una nueva etapa en Roma entre septiembre y diciembre de 2019.

Según expone el propio Berzosa en el arranque, el libro habla "de lo experimentado, por gracia y con profundo y sincero agradecimiento", haciéndolo "con mucho pudor y respeto, ya que es como desnudar mi corazón", esperando que sus palabras sean "comprendidas ya que no tienen otra intención que dar gloria y gracias al Padre de la Providencia y Señor de todos los dones".

Tras la pertinente introducción, este diario de Raúl Berzosa comienza al llegar al monasterio francés de En Calcat, donde hizo "una relectura de mi existencia desde el reencuentro con el Amado y su Amor", continuando "avanzando en las noches de purificación, para acrisolar mi persona y mi ministerio", señalando que necesitaba "nueva Luz en el corazón, la del Espíritu Santo, para poder avanzar hacia Él".

Su llegada al monasterio

En concreto, el diario arranca el sábado 30 de junio de 2018, explicando que hizo una parada en el Santuario de Lourdes (donde dio gracias a la Virgen por su "querida Diócesis Civitatense") antes de llegar con dos maletas al monasterio, donde al ver al abad se tiró al suelo y besó sus pies, según cuenta. A partir de ahí, va relatando sus primeras horas en el monasterio, donde descubre su "pequeña y humilde habitación", así como el funcionamiento de la comunidad, integrada por 40 monjes, 4 de ellos novicios (al menos uno de ellos español), "casi todos muy delgados".

Berzosa explica que ese primer día tuvo una conversación con el abad, quién le manifestó que respetaba su libertad y su "progresiva incorporación a las tareas caseras", pidiéndole únicamente puntualidad a las horas de la comida. Del relato de las primeras horas ya se refleja que ni mucho menos quiso desconectarse del mundo: "he intentado conectarme un wifi para la tablet, pero no ha sido posible su funcionamiento. Lo he suplido con el iPhone".

En los días venideros (en la página de la editorial están accesibles las primeras 33 páginas de un volumen que cuenta en total con 354) se puede ir comprobando su incorporación a la vida normal del monasterio, con algún leve 'problema' de adaptación (en su primer desayuno, "al echar la leche, por no entender el funcionamiento del termo, parte se cayó al suelo").

Recuerdos constantes a la Diócesis

Como decíamos más arriba, el relato de su nueva vida se intercala con menciones más o menos explícitas a lo acontecido previamente. De este modo, dentro del relato de su 2º día en el monasterio, revela que en algunos momentos le asalta una pregunta: "¿Por qué el Señor, en su Divina Providencia, me ha conducido a esta experiencia de desierto, y precisamente a este monasterio?", porque, "en similar actitud a la de Abraham", ha tenido que salir de su tierra, "hacia una lengua y gentes desconocidas, y teniendo que sacrificar, en cierta medida, hasta mi propio hijo, a saber, mi querida Diócesis de Ciudad Rodrigo, lo que me rodeaba y a quiénes me rodeaban...".

A la hora de relatar con bastante detalle su primera misa en francés (vestido por primera vez el alba de un benedictino), señala que durante toda la celebración se acordó "especialmente de mi Diócesis Civitatense, pedí por todos, y muy especialmente, por el eterno descanso del sacerdote D. Juan Manuel Cuesta", que había sido enterrado el día antes y que había sido su "confesor casi habitual durante estos últimos siete años". Aquel día acabó con otra mala noticia: "a la hora de cenar, el monje campanero me comunicó que la selección española de fútbol había sido eliminada del Mundial contra Rusia, en la tanda de penaltis".

En uno de los días siguientes, a partir de la contemplación de un retablo donde se recogen algunos iconos orientales famosos sobre la vida de Jesús, "releo mi vida de Obispo en estos 13 años", apuntando en torno a Ciudad Rodrigo que los primeros tres años, así como en el encuentro con la Renovación Carismática en México, "se realizó el Bautismo del Espíritu, como Jesús en el Jordán". Mientras, los cuatro años siguientes en Miróbriga fueron "un pasar por el desierto de las tentaciones, y, al mismo tiempo, un gozar enormemente de la misión, en compañía de buenos presbíteros, entregados y de calidad...".

El libro al completo se puede comprar por 16? a través de esta página: https://www.montecarmelo.com/amigos-de-orar-la-otra-mirada/1625-creo-amo-espero-luego-existo.html, donde también están accesibles de forma gratuita las mencionadas primeras 33 páginas.