Su compañero en el Centro de Estudios Mirobrigenses Santiago Corchete Gonzalo recuerda su figura
Fueron muchos, muchísimos, los amables encuentros que, por fortuna, tuvimos ocasión desde el año 1991 de compartir y disfrutar la humildad y prudencia, debilidad y al mismo tiempo fortaleza, del compañero Nicolás en las tareas del CEM. La suya siempre fue una ejemplaridad callada, reservada y sin levantar apenas los ojos del suelo para no molestar a nadie y pasar enteramente desapercibido, recluido en su burladero de apacibilidad y de bondades, tras el que se resguardaba para no hacer patentes y así disimular sus múltiples saberes y entenderes, que no sus errores o carencias. Siempre semi sonriente, con la empatía en la pupila de sus ojos dulces e inocentes, su presencia siempre aportaba paz, comprensión y benignidad, ora cuando nos hallábamos en grupo bromeando en los momentos de relajación intelectual, o bien cuando tomaba la palabra para exponer su punto de vista sobre tal o cual materia. Una maravilla de persona. Para no extenderme en los halagos post mortem, quisiera poner ante su mirada lectora una simple anécdota que quizá les permitirá a ustedes por si mismos calificar a don Nicolás. Se trata de lo siguiente:
Cuando el anterior Papa Benedicto XVI nombró 'Prelado de Honor' a don Nicolás, aparte de felicitarlo por correo, en la primera ocasión que coincidimos físicamente en una nueva convocatoria del CEM, nos dimos un abrazo y le expresé nuevamente mi alegría por tan honroso y elocuente nombramiento. Con su media sonrisa siempre acariciadora me respondió: "Mira, Santiago, estas cosas hay que tomarlas con la suficiente ponderación; por eso les he dicho a alguno/s de mis compañeros que, si a partir de ahora notaran que me hubiera afectado de alguna manera, comportándome de forma distinta a como siempre he sido, me digan sin tapujos ni medias tintas: "oye, so tontaina, ¿qué te pasa, por qué has cambiado de carácter?" ¿No les parece genial? Y es que, una vez más hemos de reconocer que "lo pequeño es maravilloso".
Descanse en la paz eterna nuestro tan entrañable amigo y compañero.
Badajoz, 11 diciembre 2020