El complejo termal salmantino, en concurso de acreedores tras un año en el que solo ha podido abrir 76 días acumulando más de un millón de euros de pérdidas
La complicada situación económica por la que atraviesa el Balneario de Ledesma pone en jaque a más de un centenar de empleos en la comarca tras un año marcado por la pandemia del Covid-19 y sus efectos sociales y económicos. El complejo termal y hotelero, en concurso de acreedores, tan solo ha podido abrir sus puertas 76 días este año, con unas pérdidas estimadas de más de un millón de euros.
La evolución de la pandemia - con las consiguientes restricciones a la movilidad, confinamiento incluido- lógicamente ha impedido que la temporada termal se desarrollara con normalidad. Además, el complejo termal salmantino, el más grande de España, se vio seriamente afectado por la suspensión de los programas de termalismo del Imserso.
Tras el parón por el confinamiento, el Balneario de Ledesma reanudaba la temporada en julio, pero solo dos meses se veía obligado a adelantar el cierre de temporada. La dirección de Montepío, empresa matriz del Balneario de Ledesma, daba a conocer el pasado 13 de septiembre en un comunicado la "situación crítica" que vive el complejo termal y hotelero por los efectos de la pandemia, y la decisión de acogerse a un ERTE para sus 102 trabajadores.
La dirección del Montepío también anunciaba que "un hipotético escenario, en el año 2021, donde se mantengan los efectos actuales del Covid-19 nos podría conducir a una situación irreversible", ha aseverado Montepío, que es una empresa de economía social, sin ánimo de lucro, "sustentada únicamente por sus cerca de diez mil familias asociadas por cuota solidaria".