"Con las medidas que hemos adoptado en las últimas semanas, no solo están disminuyendo los contagios, sino que se está logrando también bajar la presión asistencial en nuestros hospitales", añade.
El presidente de la Junta de Castilla y León afronta las últimas semanas de este 2020 consciente de que "las medidas que se han implantado, el esfuerzo de la gente y el sacrificio de los sectores afectados están logrando una reducción continuada de los contagios". A pesar de eso, asegura que hay que seguir con las restricciones y con un "cumplimiento exhaustivo" de las medidas sanitarias.
Para Alfonso Fernández Mañueco, "las vacunas están abriendo un horizonte de esperanza para recuperar la normalidad pero sin desviar nuestra atención". Hace balance de lo que ha sido un año "muy doloroso".
Desde ese marzo cuando son conscientes de la realidad que se venía en los próximos meses, ¿qué análisis hace ahora de todo lo vivido este año?
Nadie podía imaginar hace un año que íbamos a vivir una pandemia como ésta, una crisis sanitaria, social y económica sin fronteras. Estamos tomando medidas, algunas de ellas muy duras, muy dolorosas, siempre pensado en proteger la vida y la salud de las personas. Seguimos trabajando sin descanso para frenar el impacto de la crisis y activar la economía, apoyando a los sectores más golpeados, como la hostelería o el turismo. Hemos aprobado el proyecto de presupuestos para 2021, que son los más elevados de la historia de la Comunidad, con 12.291 millones de euros, un 13,19 por ciento más que los últimos.
¿Nunca antes a lo largo de su trayectoria política había costado tanto la toma de decisiones?
A nadie le gusta tomar estas decisiones, pero las medidas están funcionando. La prioridad es salvar vidas, pero algunos sectores están sufriendo mucho, especialmente la hostelería y el turismo. Por ello, desde el Gobierno autonómico estamos adoptando medidas para proteger todo lo posible a nuestras empresas, empleos e industrias. Hemos puesto sobre la mesa una batería de ayudas y apoyos financieros para inyectar en la hostelería y el turismo 290 millones de euros. Estamos actuando para salir adelante todos juntos.
¿Qué fue lo más duro en esa primera ola que no daba tregua y azotaba a la Comunidad de esa forma tan agresiva cada día?
He vivido con mucha tristeza y dolor cada uno de los fallecimientos y las dramáticas situaciones a las que se han enfrentado las familias que no pudieron despedirse de sus seres queridos. Cada día trabajamos con preocupación para ayudar en estos difíciles momentos a los hogares y empresas que lo están pasando mal.
La segunda ola se esperaba desde el verano, y llegó a pesar de restricciones y limitaciones. ¿Qué hicimos mal?
Estamos mejor preparados que en la primera ola. Tenemos más personal sanitario, más camas UCI, más respiradores y estamos generalizando los test de antígenos de segunda generación. Aun así, el virus sigue entre nosotros. En esta segunda ola, a pesar de que se han multiplicado los casos notificados, la cifra de fallecidos está siendo menor. Cuando se decretó el estado de alarma y se nos permitió a las comunidades autónomas tomar decisiones, como el toque de queda, Castilla y León estaba ya en el nivel de alerta 4, el nivel máximo, el de riesgo muy alto o extremo. El Gobierno tiene que ejercer de forma decidida y con mayor celeridad su responsabilidad de coordinación con las comunidades. Ante un problema común, debemos dar una solución común. El esfuerzo de la gente, el sacrificio de los sectores más afectados y las medidas adoptadas surten efectos.
¿Qué momento atraviesa la Comunidad en términos socio-sanitarios? ¿Lo peor ha pasado?
Las medidas que hemos implantado, el esfuerzo de la gente y el sacrificio de los sectores afectados están logrando una reducción continuada de los contagios. Bajar la incidencia acumulada es salvar vidas, especialmente las de nuestros mayores, a los que les debemos todo. Gracias a ello, desde el viernes pasado hemos podido empezar a eliminar restricciones en algunas provincias. La incidencia acumulada está disminuyendo prácticamente en todo el territorio; aunque nuestros hospitales continúan teniendo una elevada presión asistencial, han rebajado los niveles de ocupación. Todo ello nos hace ser optimistas, pero prudentes para no tirar por la borda todo el esfuerzo realizado hasta ahora.
Hace unas semanas la consejera de Sanidad confesó el miedo al colapso sanitario, de ahí las medidas restrictivas puestas en marcha que tanta polémica han generado. ¿Estamos cada vez más lejos de ese posible colapso en los hospitales de Castilla y León?
Con las medidas que hemos adoptado desde la Junta de Castilla y León en las últimas semanas, no solo están disminuyendo los contagios, sino que se está logrando también bajar la presión asistencial en nuestros hospitales. Los pacientes con coronavirus ingresados en planta y en UCI han descendido. Son dos de los indicadores que determinan el nivel de riesgo. Su mejora está permitiendo ir retirando restricciones en algunas provincias. Aun así, no podemos relajarnos, un aumento de contagios supondría elevar el estrés sobre el sistema sanitario.
La hostelería sigue sin entender las decisiones tomadas, tras la reunión con el vicepresidente manifestaron su "desilusión" a pesar del esfuerzo económico que se está haciendo, y el compromiso por parte de la Junta de relajar las medidas si la incidencia baja de 400 casos por cada 100.000 habitantes. Ya han vuelto a abrir sus negocios, con condiciones. ¿Qué mensaje le manda tanto a los hosteleros como a los gerentes de gimnasios o centros comerciales?
Todo el mundo es consciente de la importancia económica de la hostelería, que ha tenido un comportamiento ejemplar. Ante la alta incidencia y el aumento de casos, nuestros expertos abogaron por limitar al máximo los contactos sociales y por ello se optó por el cierre de bares, restaurantes, centros comerciales y gimnasios, como se ha hecho en otras comunidades y en otros países europeos. Hemos sido una de las comunidades que menos ha tardado en levantar este cierre, y a medida que disminuye la incidencia se están relajando las medidas. Es el caso de Salamanca. Somos conscientes de sus dificultades y estamos a su lado. La Junta movilizará 290 millones de euros para dar oxígeno al sector. Pero es cierto que la hostelería requiere más apoyo. Y, por eso, reclamamos al Gobierno de España un plan nacional de ayuda directa a la hostelería en el que participemos todas las administraciones. Pedimos al Gobierno de España que no se duerma. Este plan ya debería estar sobre la mesa. Y la Junta de Castilla y León colabora hasta el límite de nuestras posibilidades.
La vacuna trae un mensaje alentador. Castilla y León contará con una primera partida de 300.000 dosis de la vacuna contra el coronavirus para inmunizar a 150.000 personas en el primer trimestre de 2021. ¿En esta vacuna están ahora todas las esperanzas?
Es cierto que las vacunas están abriendo un horizonte de esperanza para recuperar la normalidad. Las buenas expectativas que generan las vacunas no pueden desviar nuestra atención. Nuestra prioridad hoy es seguir protegiendo a nuestras familias, a nuestros mayores, a los más vulnerables, del Covid-19.
¿Qué 2021 nos vamos a encontrar en términos económicos? ¿Somos realmente conscientes de la crisis económica que viene ahora?
Tenemos un escenario económico muy adverso, pero todos los indicadores apuntan a que en un escenario macroeconómico complicado tiene mejores perspectivas que el previsto a nivel nacional. Más incremento del PIB, menos tasa de paro y menos deuda pública respecto al PIB que la media nacional. Lógicamente no está exento de que se produzcan cambios derivados de la evolución de la pandemia, pero, precisamente por todo ello, son de vital importancia las medidas públicas de protección de la actividad económica y el empleo.
¿Cuál va a ser la prioridad de la Junta en ese aspecto?
Para 2021 hemos diseñado unos presupuestos autonómicos para afrontar la pandemia, la recuperación y la modernización de Castilla y León, en los que se da peso a las políticas sociales y la recuperación económica en los sectores prioritarios de nuestra tierra. Son una coraza social y económica para superar la pandemia, proteger a las personas mayores y vulnerables, y afrontar el futuro. Persiguen nuestros grandes objetivos de Comunidad: la transformación digital, el desarrollo rural, el reto verde, la transparencia, la calidad de los servicios públicos, la nueva economía y, por supuesto, el reto demográfico.
¿El Gobierno de España está a la altura de este momento tan crítico que atraviesa el país en todos los aspectos?
No, no lo está. No creo que este sea el momento de buscar la confrontación territorial con una subida de impuestos. Es el momento en el que más necesita este país trabajar unido para derrotar al virus y, sin embargo, Pedro Sánchez prefiere subir impuestos para alinearse con fuerzas políticas radicales y extremistas que no creen en España y que alimentan conflictos entre autonomías. El Gobierno de España no está a la altura de lo que se le reclama. Ha llegado tarde a la hora de dar respuesta a las urgentes necesidades que ha ido generando la pandemia y continúa haciéndolo. Necesitamos ese plan conjunto que le hemos pedido para apoyar a los sectores más golpeados, como es la hostelería.
¿La división social que se detecta cada día en la calle viene impulsada desde las diferentes fuerzas políticas? ¿El consenso es ahora una utopía?
No podemos ver el consenso como una utopía, sino como un objetivo que debemos buscar. Por eso, mi política sigue siendo de mano tendida a todas las fuerzas políticas del arco parlamentario para lograr acuerdos como el pacto por la recuperación que firmamos en junio. Haremos todos los esfuerzos que estén en nuestra mano para llegar a un entendimiento pero no solo depende de nosotros.
¿Qué mensaje le manda a la ciudadanía ante las Navidades más inciertas y atípicas que se recuerdan?
No van a ser como las de años anteriores. Lo sabemos todos. Las celebraremos pero de una forma diferente. No podemos excedernos en la relajación de las medidas. Para mí es importante que sean uniformes en todo el territorio nacional, y así se lo hemos reiterado al Ministerio de Sanidad. El mejor regalo que podemos hacer a nuestras familias esta Navidad es protegerlas del virus para poderles dar todos esos abrazos y besos que se merecen cuando esto acabe.