"He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste y olvidará lo que hiciste. Pero nunca olvidará lo que les hicistes sentir" (Maya Angelon)
ENTRE PUENTES
RÉQUIEM POR UNA PELOTA
Después de la catarata de emociones, de lágrimas, gritos angustiosos y tumultos. Después de los ríos de tinta vertidos en todos los diarios del mundo. Podemos decir que Maradona ha muerto y que sus restos ya reposan allí donde él eligió, es decir junto a sus padres. Sin embargo Diego al menos para el pueblo argentino, entrara en la inmortalidad, tal como otros argentinos, de una u otra condición, como Borges o Evita son personajes ilustres, que llevaron al pueblo argentino muy dentro del corazón. Son los llamados para la gloria, aunque el título de Dios, tan solo le fue otorgado al "Pelusa".
Muchos llaman balón con lo que se juega al futbol, otros lo llaman el esférico, otros el cuero. Para Diego era la "pelota", si, aquella con la cual maravillo al mundo y a cuantos disfrutan, gozan y sienten este deporte de multitudes, y que Maradona contribuyo a elevar a los confines del mundo. Diego era de esa raza especial, que nacen de cuando en cuando, y casi siempre nacen en las cunas y en los barrios más humildes, (se admiten excepciones). Recién terminaba nuestro hombre de cumplir los sesenta años, pero su cuerpo arrastraba los ochenta.
No podía ser de otra manera, la otra cara que Diego mostró al mundo fue completamente opuesta a lo que se espera de un deportista, que ha ganado y gozado de todas las alegrías y reconocimientos dentro y fuera de su País, comenzó un largo peregrinar, lleno de contradicciones, de despropósitos de excesos, de bravuconerías y desplantes sin medida, de un continente a otro, se iba arrastrando sacudido por la droga, el alcohol, sin saber cuál era el día y cual la noche, su cuerpo se degrado, se inflo y se desinflo en más de una ocasión, y finalmente sus piernas, aquellas que habían driblado, gambeteado, goleado, sorteando contrarios, y con la que era capaz de ponerla allí, acariciado a su mejor amiga la pelota, esas piernas no le sostenían, hasta el extremo de tener que ampararse en ayudas para caminar. Si: No podía ser de otra manera: Diego en una entrevista que se hizo a sí mismo, en los momentos íntimos, de rigor y seriedad, dejaba al descubierto, que su vida había caminado en sentido contrario, y que los amigos, o eso creía que eran aquellos, que le soportaban, que aplaudían y reían sus gracias y desatinos, llenos de vulgaridad eran quienes le llevaron por el rumbo equivocado, el desorden, el abuso y posiblemente la debacle física y la muerte, que de alguna manera nos venía anunciando? Una desoladora y desgarradora leyenda negra.
Sin embargo: No solo para su pueblo, sino para el mundo del deporte, para sus compañeros de equipo, sus amistades entrañables, Maradona era un ser muy generoso, un persona entrañable, un compañero esencial, que defendía a ultranza, y un tipo alegre, jovial? Hasta que duro su juventud, luego evidentemente se desato esa locura, esa arrogancia, afán de protagonismo y griterío, luego las enfermedades salidas y entradas de hospitales, ese otro partido, ese otro juego sin la añorada pelota, ese regatear y esquivar la muerte, durante años, hasta que finalmente le vino a buscar, para decirle ¡Ya está bien pelusa, te hemos permitido ser Dios, te hemos permitido respeto, consideración, reconocimiento, una vida cómoda, una familia e hijos, y regalado un buen pasar!... Y todo absolutamente todo lo has ido destruyendo, porque no eras solo tú, a quien destrozabas y pisoteabas lo sembrado, contigo arrastrabas a un pueblo, a un mundo del deporte en general y al futbol en particular. Tú que fuiste el ídolo, no has sabido caminar con ejemplaridad, y ya la pelota, con la que hiciste feliz a ese mundo, se ha negado a darte otra oportunidad. Te vas con tu inmortalidad, pero sinceramente, espero que nadie más siga tu estela? Aunque sea Dios. Descansa en Paz.
Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerias
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