El parón de las clases en marzo afectó notablemente a la estructura, ya que no se había colocado todo el tejado
Todos aquellos mirobrigenses que pasen por la calle Escuelas pueden ver durante estos días que continúa el intenso trabajo de construcción de un módulo/caseta en el patio del IES Tierra de Ciudad Rodrigo, a cargo de todos los alumnos de Madera del centro (aunque llevan la voz cantante los que tienen más experiencia) bajo la dirección de su profesor Rubén Ortega, dentro de un proyecto titulado Madera y construcción de bajo consumo energético.
Este proyecto, que está entrando en su recta final, está auspiciado por el programa Aula-Empresa Castilla y León de la Consejería de Educación, gracias a financiación del Fondo Social Europeo, y tiene como objetivo fomentar la eficiencia energética de los edificios (es decir, que su consumo energético sea el mínimo posible), mediante el estándar de construcción passivhaus.
Inicialmente, el proyecto iba a abarcar dos cursos académicos, el primero para configurar la estructura del módulo, y el segundo para proceder a su hermetización, pero la pandemia del coronavirus provocó que en marzo se detuviera en seco, al suspenderse las clases presenciales, lo que afectó de lleno a la estructura del módulo, ya que el tejado quedó a medio poner, con lo cual durante los meses posteriores ha entrado agua en el mismo, dañando algunas partes.
Debido a ello, durante estos meses los alumnos no sólo tienen que trabajar en aquello que estaba pendiente, sino que tendrán que rehacer parte de la estructura posterior y del suelo. Esta semana, se está instalando el revestimiento exterior, mediante la colocación de un asilamiento y una original fachada a base de madera que se ha quemado previamente, una antiquísima técnica japonesa llamada Yakisugi que sirve para proteger de forma natural la madera para que así sufra menos el efecto de los hongos, los insectos, el sol y la lluvia.
Entre las tareas pendientes está colocar en uno de los laterales del módulo un sistema de ventilación mecánica, consistente en un intercambiador de calor (cuenta con dos circuitos con sendos ventiladores -uno de entrada y otro de salida- y filtros, con un rombo central donde se cruzan). Gracias al mismo, por ejemplo, cuando hace frío en el exterior, la temperatura no baja tanto en el interior. En palabras de Rubén Ortega, si este sistema de ventilación se conociese más, "se montaría más", por todas las ventajas que tiene, haciendo que los espacios estén "más ventilados" y sean "más confortables y saludables".
Como se puede ver en las imágenes, el módulo ubicado en el patio del IES Tierra ya cuenta con una puerta y ventanas instaladas por los alumnos, siendo otra de las tareas pendientes dotarlo de luz. Asimismo, está previsto que en el tejado se coloque una cubierta vegetal, que también servirá de aislante, especialmente en verano. Para comprobar el efecto real de todo el trabajo, está previsto instalar un medidor de la temperatura tanto en el interior como en el exterior del módulo para dejar constancia de la diferencia.
Una vez lo tengan ultimado, la intención de los que están involucrados en la fabricación de este módulo es hacer una especie de inauguración del mismo, especialmente para que la ciudadanía compruebe sus ventajas, ya que, como apunta Rubén Ortega, "va a ser la dependencia más confortable del centro", manteniendo una temperatura óptima sin necesidad de calefacción ni aire acondicionado.