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“La coordinación con los CEAS y la parroquia es clave para atender a las familias necesitadas”
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ALBA DE TORMES

“La coordinación con los CEAS y la parroquia es clave para atender a las familias necesitadas”

Actualizado 04/11/2020
Roberto Jiménez

Lourdes Vaquero lucha con la crisis sanitaria del coronavirus desde la concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Alba de Tormes

Auxiliar de clínica, con experiencia como auxiliar de geriatría y supervisora en un centro de cuidado de mayores, Lourdes Vaquero es la concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Alba de Tormes. Una tarea que le encomendó la alcaldesa Concepción Miguélez en junio de 2019 y que se extiende al Centro Infantil Municipal, al Centro Ocupacional 'Reina Sofia', a las áreas de Sanidad, mujer y tercera edad.

Desde dentro, ¿Cómo es el área de Bienestar Social?

Bienestar Social es de un área complicada porque trabajas muchas situaciones complicadas a las que no puedes dar soluciones rápidas y exige ser una persona cercana, capaz de empatizar fácilmente con las personas. Se trata de una concejalía en la que no hay que dejar que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha.

¿Qué objetivos se han perseguido desde el inicio y qué diferencias existen con la anterior gestión?

El primer objetivo del Partido Popular al recuperar la alcaldía fue poner en marcha el II Plan de Igualdad, cuya vigencia finalizó en junio de 2015 y que el PSOE no retomó. Y lo sacamos adelante, decidimos destinar las ayudas del Pacto de Estado a la contratación de la albense María Jesús Elices, que fue la primera agente de Igualdad de Alba de Tormes cuando en 2008 se crea el I Plan de Igualdad. Mientras otros ayuntamientos deciden invertir esa ayuda en material para repartir entre los vecinos, nosotros vimos oportuno la contratación de una persona de apoyo, que nos orientase para sacarlo adelante.

Hemos abierto las actividades a la juventud porque siempre parecían enfocadas a gente mayor, el mejor ejemplo fue la campaña de zapatos rojos para celebrar el día de la Violencia de Género. Cambiamos también la hora de la lectura del manifiesto para potenciar la asistencia de un mayor número de personas con un rango de edades más amplio.

¿Qué planes ha truncado la pandemia del coronavirus?

El inicio del plan sobre drogodependencia ya que teníamos un proyecto para recuperar el programa de Ocio Nocturno para jóvenes. En una determinada franja de edad, los jóvenes no tienen dónde ir, ni qué hacer.

¿Se ha notado mucho el aumento de solicitud de ayudas?

En 2019 había 44 familias que recibían el fondo de ayudas de alimentos regulados por los CEAS y ahora son 53 familias. Este fondo ha pasado de ayudar de 148 a 171 vecinos en total, que son los que conforman esos núcleos familiares. Tiene que quedar claro que el Ayuntamiento no da ni quita estas ayudas, eso los vecinos lo tienen que tener claro. Ellos entregan una documentación y los CEAS lo valoran. En este sentido es muy importante destacar la importante comunicación y coordinación con CEAS y la parroquia para poder llegar a atender a las necesidades materiales de algunas familias.

A partir del mes de abril y con el retraso en el pago de los ERTES comienzan a llegar solicitudes de personas que nunca han solicitado ayudas, que desconocen el proceso y que también por vergüenza no se dirigen a nosotros, sino que lo tienen que hacer otras personas que les están comprando alimentos de forma particular. Hay que tener mucho tacto con eso vecinos.

¿Qué le dirías a una persona que no se atreve a pedir ayuda al Ayuntamiento?

Que estamos para eso. Independientemente de nuestro color político, estamos todos en el mismo barco. Hemos salido elegidos y estamos para tender la mano a la gente que lo necesita. Además todo se tramita desde la mayor discreción, que es parte fundamental del proceso de solicitud.

La campaña de recogida de alimentos fue un éxito?

Conseguimos recoger seis toneladas de alimentos, un éxito sin precedentes del que se beneficiaron 62 familias. Nos sorprendió la reacción que mostraron empresarios, asociaciones y peñistas. La clave de este apoyo fue que todos estos alimentos se destinarían a vecinos de Alba de Tormes. Fue muy gratificante ya que no esperábamos esa acogida, nos vimos desbordados con todo lo que recibimos.

El Centro Infantil Municipal volvió a abrir sus puertas en julio y septiembre. ¿Qué actuaciones se llevaron a cabo?

Decidimos cerrar el Centro Infantil Municipal y no abrir hasta septiembre. Sin embargo se publica una orden el Bocyl y tenemos que abrir de un día para otro, afortunadamente estábamos preparados trabajando sobre un plan de contingencia.

En julio, el centro se abrió para alumnos cuyos padres estaban trabajando y con todas las recomendaciones sanitarias. Adquirimos material como las alfombrillas desinfectantes y señalética diversa y específica del centro. Antes de la apertura del nuevo curso se adquirieron estanterías para el calzado de calle y se procedió al pintado de algunas dependencias entre otras mejoras. Con la apertura de este nuevo curso, además del plan de desinfección y limpieza habitual, se ha establecido durante todo el curso un refuerzo de limpieza. El equipo de la escuela trabajó muy duro para tenerlo todo listo.

¿Cómo ha comenzado el curso en el Centro Ocupacional Reina Sofía?

Al igual que en el Centro Infantil Municipal, hemos implementado un Plan de Contingencia en el Centro Ocupacional Reina Sofía. El curso no lo comienzan todos los alumnos porque muchos tienen patologías de riesgo y además conviven con personas mayores. Esta semana se incorporan cuatro alumnos más al centro y hemos hecho dos grupos, que alternarán su asistencia semanalmente.

Las personas con discapacidad han sido una de las partes olvidadas de esta pandemia porque son gente con unas características particulares y especiales que no gestionan de la misma manera este tipo de situaciones. Si ya a nosotros nos ha costado llevar un confinamiento, a ellos y sus familias mucho más y no se le ha dado la visibilidad que merece. Se ha hablado de la soledad en las residencias de ancianos, de la soledad de la gente mayor y no de la dificultad que han experimentando las familias que tienen una persona con discapacidad durante esos meses de aislamiento.