Al atardecer, recorría las calles estrechas del pueblo, acompañada por otras dos mozas tocando una campanilla, y llevando un candil mientras rezaban el rosario
Dicen que esta tradición se remonta al siglo XVI y desde entonces, a pesar de las adversidades del tiempo, se producía cada tarde, cuando el pueblo quedaba envuelto en la oscuridad, esta peculiar tradición, que era rezar por las almas que están el Purgatorio.
La Alberca es un pueblo donde siguen muchas costumbres tradicionales, algunas relacionadas con la superstición, el misterio y sobre todo con la religión. Al atardecer y cuando el sol ya se ocultaba, una moza, que en realidad podía ser una mujer de cualquier edad, recorría las calles estrechas del pueblo, acompañada por otras dos mozas tocando una campanilla, y llevando un candil mientras rezaban el rosario.
Al llegar a las esquinas señaladas, daba tres toques y entonaba una oración por todas las almas del Purgatorio, para después hacer sonar otra vez la campana dando otros tres toques y continuando su camino sin dejar de rezar, hasta completar un recorrido de unos treinta minutos. La comitiva, caminando a paso lento, se detenía ante una de las casas. La mujer que llevaba el farol, vestida de negro, se volvía hacia la puerta y recitaba una oración, posiblemente en recuerdo de algún fallecido. La puerta se abría y una mano les entregaba alguna ofrenda, probablemente algunas monedas para pagar una misa por el fallecido.
Coincidiendo con el primer viernes de cada mes, esta tradición se podrá vivir en su máximo esplendor. La Moza de Ánimas rezará su primer salmo desde en los nichos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; seguidamente una procesión recorrerá, durante hora y media, las calles del pueblo pidiendo por las almas de todos los que murieron en pecado mortal.
Esta tradición es, sin lugar a dudas, una de las que tienen más arraigo en La Alberca.
Fotografía.- La Mozo de Ánimas (La Alberca) Alrededor de 1965