Hasta el año 1729, fecha en que Felipe V accedió a autorizar la construcción de la Plaza Mayor, ésta de San Martín se mantuvo como epicentro de la vida de los salmantinos
En 1728 el corazón de Salamanca era la extensa plaza de San Martín empedrada desde 1697. En ella se celebraban todo tipo de eventos desde el mercado hasta los ajusticiamientos.
Durante toda la edad moderna la Plaza de San Martín albergó la mayor parte de la actividad artesanal y comercial de Salamanca. Constituía un gran espacio abierto en el centro del nuevo recinto amurallado, hacia donde confluían los principales caminos o calles de la ciudad.
Esta plaza ocupaba el espacio de las actuales: plazas del Mercado, Poeta Iglesias, el Corrillo y la Plaza Mayor.
Era tan grande el terreno que ocupaba, que muchos viajeros dijeron de ella que en aquella época fue la plaza más grande de España y una de las mas grandes de la Cristiandad, entre ellos Hernán Cortés en sus cartas a Carlos V.
En este emplazamiento se vendían aceites, hortalizas, vino, grano, carne, pescado, carbón, cestos, telas, cueros y un sin fin de productos, necesarios para la sociedad salmantina de aquella época.
Los puestos se agrupaban por gremios y cada uno de ellos ocupaba un lugar determinado de la plaza y sus aledaños, teniendo en ella también sus viviendas. En algunas calles aún se conservan los nombres de los comerciantes que en ellas vendían sus trabajos, otras han ido cambiando con el paso del tiempo: Albarderos (San Pablo) o Herreros (Toro).
Hasta el año 1729, fecha en que Felipe V accedió a autorizar la construcción de la Plaza Mayor, ésta de San Martín se mantuvo como epicentro de la vida social, comercial y lúdica de los salmantinos durante más de doscientos años.
FOTOGRAFÍAS: Lugares que que pertenecieron a la Plaza de San Marín.
PRIMERA
Plaza del Mercado (Trasera de la antigua Audiencia Provincial)
SEGUNDA
La antigua Audiencia.
Venancio Gombau.
TERCERA
Vendedores en el Corrillo
Luis González de la Huebra.
CUARTA
Calle de San Pablo y plaza de la Lonja.
Archivo Huebra.