Aseguran además que, debido a la alta carga de trabajo, "no son pocos a los que se les está invitando a renunciar a las vacaciones así como a sus descansos para cubrir todas las incidencias"
Vivir en la piel de un enfermero y una enfermera es hoy por hoy un ejercicio de esfuerzo, sacrificio y una profesión en la que el riesgo se vive con intensidad, especialmente durante los últimos y duros meses.
La llegada del coronavirus y la pandemia, con su Estado de Alarma, ha situado al colectivo de los sanitarios en una delgada primera línea que ha supuesto no solo la contención del virus, sino la protección de la ciudadanía y el cariño en tan duras y aisladas circunstancias, imponiendo esta máxima por encima de ellos mismos.
Pero hoy, al borde de la que se presupone, una nueva gran oleada del Covid-19, con la situación de inestabilidad que presenta la enfermedad y el enrarecido futuro próximo que se vislumbra, los enfermeros y enfermeras están al límite de su capacidad. "Actualmente nuestro estado anímico y físico es malo. Estamos agotados y molestos con la situación tanto a nivel poblacional con aquellos que no respetan las normas y provocan nuevos brotes pero aún más con la gestión por parte de SACYL" aseguran.
Una carga de estrés laboral y una situación que ha llevado a muchos de ellos a no poder disfrutar de sus merecidas vacaciones.
"No son pocos a los que se les está invitando a renunciar a las vacaciones así como a sus descansos para cubrir todas las incidencias"
denuncian.
Pero al pedir una valoración sobre la realidad y la actualidad del servicio sanitario nos aseguran que "podemos calificar la situación de atención primaria como caótica e improvisada. Rastreadores que tienen que reforzar asistencia en consultas y enfermeras de los equipos de los centros de salud que se dividen entre sus consultas y la función de rastreo sin tiempo y formación adecuada".
En cuanto a la perspectiva que se dibuja ante la próxima llegada del otoño, parecen tenerlo claro "es pesimista, más cuando nos enfrentamos a la campaña de vacunación antigripal y al tan temido comienzo de los centros escolares. Una vez más se demuestra la importancia y necesidad de la enfermera escolar en cada uno de los centros".
Es por ello que en conjunto, a través del sindicato SATSE, están inmersos en una campaña para exigir a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León que, tal y como explican, "de manera urgente se pongan a trabajar en la mejora de las condiciones laborales, profesionales y retributivas de enfermeros, fisioterapeutas y matronas si lo que buscan es fidelizar a nuestros profesionales".