Según explicó su directora, Ana Zamora, estuvieron creándola durante dos meses en prácticamente "un retiro monástico"
Finalizados los discursos de apertura de la Feria de Teatro 2020 -que se hicieron un poco largos como algún espectador hizo saber- se dio paso sobre las tablas del Teatro Nuevo Fernando Arrabal a Nise. La tragedia de Inés de Castro, la propuesta escogida para abrir el carrusel de obras de esta edición, que corre a cargo de una compañía clásica de la Feria, Nao d'Amores, que es casi coetánea del evento (nació hace 19 años).
Tal y como explicó antes de empezar la función su directora, Ana Zamora, el mito de Inés de Castro se ha contado muchas veces, pero en esta ocasión han apostado por la versión de un monje benedictino para relatar la historia de la ejecución de Inés de Castro por orden del Rey Don Alfonso de Portugal por haberse casado secretamente con su hijo, el infante Don Pedro.
Tras el asesinato, Don Pedro pierde temporalmente la cabeza, para posteriormente declarar la guerra a su padre. Una vez proclamado Rey tras la muerte de Don Alfonso, Don Pedro desentierra el cadáver de Inés, con quién se casa públicamente ciñéndole la corona real. Asimismo, el Rey de Castilla entrega a dos de los verdugos de Doña Inés, que acaban por ser ajusticiados. La obra acaba siendo, como el propio texto de finales del siglo XVI en el que está basada, una "reflexión sobre el poder político", según explicó antes de la función Ana Zamora.
Asimismo, la directora de la obra relató el artesanal proceso que ha llevado a crearla, con un "retiro monástico" de dos meses por parte de los involucrados ("gracias a la Consejería de Cultura" de la Junta de Castilla y León) en Segovia (en una torre adosada a la muralla y en una Iglesia), ensamblándola en su nave en Revenga (cuyos vecinos fueron los primeros en verla), aunque se terminó de ensayar en el Teatro de la Abadía de Madrid, que colabora con la coproducción de la obra por parte de la Comunidad de Madrid.
Según apunto Ana Zamora, Nise. La tragedia de Inés de Castro se estrenó en diciembre en Madrid, agotándose todas las entradas para las dos semanas que estuvieron en cartel, al igual que ocurrió posteriormente en Segovia, lo que demuestra para la directora de Nao d'Amores que hay hueco para otro tipo de producciones 'menos comerciales'.