Las operaciones de rescate continúan para localizar a unos cien desaparecidos
Al menos 135 personas han muerto y más de 5.000 han resultado heridas a causa de las explosiones registradas el martes en el puerto de la capital de Líbano, según ha confirmado el ministro de Sanidad, Hamad Hasán, quien ha resaltado que decenas siguen aún desaparecidas, según han recogido los medios libaneses.
Entre las víctimas de las explosiones hay ciudadanos extranjeros, tal y como han ido confirmando algunos gobiernos. Filipinas, por ejemplo, ha indicado que dos de sus nacionales han fallecido y otros once están desaparecidos, mientras que Egipto ha confirmado la muerte de dos de sus ciudadanos.
Los trabajos de búsqueda y rescate de supervivientes han continuado a lo largo de la madrugada del miércoles pero con mayor lentitud debido a los continuos cortes de electricidad ocasionados por las explosiones.
Los vídeos que circulan en redes sociales muestran una fuerte explosión que dio lugar a una gran columna de humo, tras lo cual se produjo una segunda deflagración de mayor potencia. Las sacudidas pudieron sentirse en las ciudades de Tiro y Sidón e incluso en Chipre, a 240 kilómetros.
Ante la situación, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia durante dos semanas en la ciudad, mientras que la ministra de Información, Manal Abdel Samad, ha confirmado la creación de una comisión de investigación que presentará sus conclusiones en el plazo de cinco días.
Asimismo, ha manifestado que el estado de emergencia en Beirut, que ha sido declarado también zona de desastre, podrá ser prorrogado en caso de que las autoridades lo consideren necesario, según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Por otra parte, Abdel Samad ha desvelado que el Ejecutivo ha prometido importar la cantidad de maíz que se encontraba almacenada en el puerto, principal punto de entrada y salida de alimentos y materiales en el país, tras su destrucción a causa de las explosiones.
El Gobierno ha anunciado además la puesta en marcha de un mecanismo de importación de vidrio para las labores de reconstrucción, así como una limitación a los precios de venta de este material dentro del país.
SIN CAUSA CONFIRMADA
Las causas de las explosiones aún se desconocen, si bien los medios locales han informado de que se produjeron en una zona donde hay almacenes con explosivos. En estos momentos, la principal hipótesis es que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas en uno de ellos estallaron por las precarias condiciones de seguridad en el lugar.
El director de Seguridad Nacional, Abbas Ibrahim, ha explicado que en el puerto se guardan los explosivos incautados por las autoridades portuarias de Beirut desde hace años, aunque ha insistido en esperar a las conclusiones de la investigación antes de adelantar causas.
A este respecto, el gobernador de Beirut, Maruán Abud, ha revelado este miércoles en MTV que había un informe de 2014 que alertaba sobre la posibilidad de que se produjera un accidente de este tipo en el puerto.
El primer ministro, Hasán Diab, ha confirmado este miércoles la hipótesis del accidente y ha reiterado que es "inaceptable" que hubiera 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas desde hace seis años en uno de estos almacenes, tras lo que ha reclamado "las mayores penas" para los responsables".
Las autoridades han ordenado ya poner bajo arresto domiciliario a los directivos de la Autoridad Portuaria de Beirut. El ministro del Interior, Mohamed Fahmy, ha explicado que dicha medida se ceñirá por el momento a las personas que desempeñaban altos cargos en el puerto.
MÁS DE 300.000 PERSONAS SIN HOGAR
Tanto el puerto como los barrios cercanos han quedado devastados. Las imágenes publicadas por la prensa libanesa muestran un enorme agujero en el lugar de las explosiones, mientras que los edificios aledaños han quedados destrozados. El Palacio de Baabda, sede de la Presidencia, también ha sufrido daños.
El gobernador de Beirut ha contado que más de 300.000 personas se han quedado sin hogar a causa de las explosiones. Según él, las autoridades trabajan para proporcionarles agua, comida y refugio. Además, ha valorado los daños materiales entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, "quizá más".
Las fuerzas de seguridad han tenido que acordonar la 'zona cero' para evitar que las familias se acerquen a buscar desparecidos, que los residentes vuelvan a sus casas y para impedir saqueos. Aoun ha visitado este miércoles al lugar para constatar los daños de primera mano.