Son típicos de las construcciones del interior de España, como se ve en casi todos los pueblos de Castilla, que se aprovecharon elementos de otras construcciones para nuevas obras, especialmente sus capiteles
En el corazón mismo de Salamanca es rutinario y casi imprescindible, el paso por los portales del Corrillo, últimos que quedan de los que abundaron en la ciudad.
Estos portales son típicos de las construcciones del interior de España y por ser una realización de la arquitectura popular, como se ve en casi todos los pueblos de Castilla, que se aprovecharon elementos de otras construcciones para nuevas obras, especialmente sus capiteles. Los del Corrillo quizá sean los menos auténticos, pues se sabe que su interior es de hierro, recubiertos en 1942 con semicilindros de arenisca.
Esta plaza fue lugar de mercados y paso obligado entre la Plaza y la Rúa, verdaderas arterias de la Salamanca antigua, dicen que el Corrillo fue zona de nadie durante "los bandos" y que por eso crecía la hierba libre de pisadas, llamándose en la antigüedad "Corrillo de la hierba".
Fuera lo que fuera, para los salmantinos es un rincón entrañable, y la zona de soportales testimonio de un tiempo pasado.
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