La recesión causada por la pandemia ha alcanzado a todos los sectores; incluso a la banca. Una serie de medidas gubernamentales y de escenarios desfavorables han hecho que la industria del juego entre en estado de alarma.
Si bien el cierre obligatorio de los casinos físicos había augurado cierto crecimiento del sector online, por los usuarios que podría captar a causa del confinamiento, la situación no salió como se esperaba. Las restricciones impuestas a la publicidad, por ejemplo, fueron determinantes en el desarrollo de este proceso.
La industria de los casinos online había visto más de una década de crecimiento sostenido y proyecciones alentadoras, y se esperaba un 2020 con cifras récord. En España hay una cantidad de operadores apabullante, como se señala en casinos.com.es, lo cual genera competencia entre servidores instalados en el país y en el extranjero. El país se presentaba como terreno fértil para la inversión y la puesta en marcha de nuevas tecnologías.
Sin embargo, ciertas políticas preventivas de salud del gobierno provocaron un retraso en la explosión de los casinos online. Estas medidas estuvieron enmarcadas en los reclamos de las organizaciones sociales que pedían más control sobre el alcance del juego, en función de prevenir hábitos ludópatas y desórdenes de conducta. Así pues, el gobierno se comprometió a desarrollar un marco legal más estricto para el juego.
El brote del Covid-19 encontró al sector del juego online en medio de esas tensiones con el gobierno por la reglamentación de las apuestas. Con el comienzo de los confinamientos obligatorios, se especuló que la cantidad de usuarios registrados en casinos online podría subir. Esto es sumamente importante para esas empresas, ya que su crecimiento es proporcional al número de nuevos jugadores. El constante aumento de los usuarios de la plataforma garantiza que, independientemente del dinero invertido en cada apuesta, el tráfico de la web continuará subiendo.
Sin embargo, el primer impacto de la crisis no tuvo que ver con los usuarios sino con las caídas financieras. Las empresas que cotizan en bolsa recibieron el golpe del derrumbe de los mercados internacionales y se vieron pérdidas estrepitosas. Por ejemplo, William Hill, la corporación inglesa, perdió casi el 75% de su patrimonio en cuestión de horas, y debió entrar en el salvataje económico de la Reserva Federal y el gobierno británico.
A pesar de que las cosas no iban muy bien para el sector, el gobierno tomó la decisión a través del Real Decreto Ley 11/2020, recientemente derogado, de prohibir la publicidad de los casinos online en función de proteger al público vulnerable durante el confinamiento. Los métodos publicitarios de esta industria suelen ser invasivos, lo que se consideró que podría no ser un buen estímulo durante el estrés generado por el encierro. En las 48 horas previas a la efectivización del decreto, los anuncios se volvieron más numerosos y masivos, en un intento de atraer más usuarios antes de la suspensión de la publicidad.
Así pues, la industria debió cancelar sus bonos de bienvenida, lo cual es el atractivo publicitario más grande de los casinos. También debieron regular todas las promociones existentes, o bien eliminarlas por completo si no podían adecuarse a lo estipulado en el decreto. Se dio freno a las campañas de marketing a través de influencers, promotores y agencias; se debieron suspender también las comuniciones automatizadas y los anuncios en redes sociales. Muchas páginas web se vieron repentinamente vacías de publicidades: tan grande era el acaparamiento del sector del juego. Esta repentina calma trajo aparejada una caída drástica en el número de nuevos usuarios, así como también en el número de jugadores por día.
También se evidenció que muchos portales de noticias y páginas de información sobreviven gracias a la publicidad de los casinos online. La Asociación de Medios Informativos (AMI) declaró que la prohibición del gobierno ponía en duda la continuidad de muchos diarios deportivos, que son los principales beneficiarios de los anuncios de los casinos y casas de apuestas. Los portales especializados en la materia también se vieron imposibilitados de continuar con su actividad normalmente; algunos debieron eliminar todo su contenido, no solo la publicidad, hasta la derogación del decreto.
En esta normalidad frágil que nos toca transitar es difícil hacer predicciones acertadas; sin embargo, dada la versatilidad que la industria del juego online ha mostrado en el pasado, se puede esperar una recuperación relativamente rápida.