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Preocupación en Villaflores por la supuesta ocupación de una vivienda
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inquietud vecinal en las villas

Preocupación en Villaflores por la supuesta ocupación de una vivienda

Actualizado 06/07/2020
Jorge Holguera

Los nuevos habitantes de la casa son una cuadrilla de temporeros que dicen haber alquilado la vivienda para la campaña de recogida de patata en la zona

Estos días se ha desatado cierto revuelo en Villaflores. Los rumores más resumidos hablaban de la supuesta ocupación de una vivienda. Se trata de una casa de pueblo "con salón vestíbulo y cocina en perfecto estado, dos armarios empotrados, patio con posibilidad de ampliar, tejado en perfecto estado con madera nueva", según la información ofrecida por la página web de la inmobiliaria Pedro González de Peñaranda de Bracamonte, donde se encuentra en venta y también se puede leer, "posibilidad de alquiler". Dicho inmueble se encuentra en la esquina de calle Eras Empedradas con calle Ermita.

Al parecer, la vivienda llevaba vacía como un año. Sus últimos propietarios eran una pareja formada por un malagueño que ahora tendrá más de 80 años y una mujer de origen ruso, que ahora superaría los 50, según se ha podido informar Vicente José González, alcalde de Villaflores. El primer edil de dicho municipio está tratando de localizar a los propietarios para verificar si realmente han alquilado el inmueble a los actuales inquilinos. La labor de investigación no está siendo fácil, pues ha tenido que realizar varias llamadas telefónicas, de momento sin fruto. Se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Béjar, donde gracias al vendedor de butano ha conseguido saber que han estado viviendo los dueños del edificio. La localización se complica porque estas personas, que no hace mucho tiempo adquirieron la vivienda a una familia de Villaflores, no estaba arraigadas en dicho pueblo. La última información que tiene el presidente del Consistorio de Villaflores es que la dueña parece haber fallecido y el dueño estaría en la residencia de Barco de Ávila. Los dueños son cumplidores con el pago de impuestos, por lo que sabe el alcalde.

El alcalde dice haber hablado también con los inquilinos, quienes le han comunicado que la tienen alquilada. Las personas que en la actualidad habitan esta casa forman parte de una cuadrilla de trabajadores que pasaran como cuatro o cinco meses realizando trabajos en el campo, principalmente de recolección de patata, según ellos mismos han explicado. Es algo que llevan haciendo varios años, vienen este tiempo desde su país para realizar estos trabajos para los que en España no se encuentra mano de obra. Según han dado a conocer a alcalde, en principio supuestamente van a trabajar para Carlos de Ifaca de Arabayona y Julio "El Chispa" de Villoria. Son hombres y mujeres que han venido de Rumanía para durante unas semanas poder obtener un salario más digno del que pueden lograr en su país.

"Que vengan a trabajar es bueno y se están portando bien", dice el alcalde. No obstante, han vivido un episodio que se ha extendido por el pueblo como la pólvora, al producirse el robo del móvil de la persona que gestiona el único bar que hay en funcionamiento en la localidad. El alcalde explica que estaban sentados varios en la terraza y que uno de ellos entró varias veces en el baño. Después la gestora del bar se dio cuenta de que su móvil había desaparecido. El alcalde fue a hablar con el joven y le dijo que la cámara del bar le había grabado cogiendo el dispositivo. Dice que se puso a llorar e implorar y le devolvió el teléfono, pero sin la tarjeta. Lo que a los dueños les ocasionó gran agravio al tener que desplazarse a Salamanca para conseguir otra.

Este maltrecho episodio ha hecho que los vecinos tengan cierto temor, mantengan cerradas las puertas de sus casas e incluso, hayan quitado el cartel de "se vende", en alguna de las viviendas que hay en venta. "Antes se dejaban las puertas de las casas abiertas, ahora ya no", manifiesta una vecina.

No obstante, a pesar de este cierto malestar, en el pueblo el ambiente es de tranquilidad y las personas que habitan la vivienda parecen tener un comportamiento normal.

En caso de que sea un alquiler, como parece haber comunicado al alcalde el "manejero", que es como llaman al encargado se trata de una opción más digna para los trabajadores comparándola con las acampadas que solían realizar en los montes en otras campañas quienes se desplazaban a la zona de Las Villas para realizar estos trabajos de cosecha de patata a mano.

En otro extremo está el probable miedo a la novedad en los pueblos, incluso quizá la posibilidad de un cierto rechazo a la llegada de personas desconocidas o extranjeras. Y en otro lado se encuentra el que quienes lleguen de otros lugares sean respetuosos con las normas establecidas y cumplan con el "donde fueres haz lo que vieres".

En el fondo, unos y otros quieren una buena convivencia y respeto. Los unos poder vivir dignamente durante su tiempo de trabajo en la zona, los otros continuar con el ambiente de tranquilidad que caracteriza a estas localidades durante la mayor parte del año.

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