La villa serrana, a finales del siglo XV, era uno de los refugios más seguros para los judíos, por ello esta tradición se institucionalizó
Se trata de un ritual que tiene más de cinco siglos de historia y que recuerda a los judíos y moros que, obligados por la inquisición, tuvieron que convertirse al cristianismo.
Para demostrar que se habían convertido, cada año compraban un cerdo, lo engordaban ellos mismos y el 17 de enero, día de San Antón, lo rifaban entre las gentes del pueblo y todo lo que obtenían de esta rifa era donado a la parroquia.
La Alberca a finales del siglo XV era uno de los refugios más seguros para los judíos, por ello esta tradición se institucionalizó como la del Marrano de San Antón, con el fin de que no fueran castigados por la inquisición.
Continuando con la tradición, todos los años el 13 de junio festividad de San Antonio de Padua sueltan un cerdo que, previamente bendecido, pasará su vida deambulando por las calles de La Alberca, donde será alimentado por todos los vecinos hasta el 17 de enero, día de San Antón que será sorteado en la Plaza Mayor entre todos sus habitantes, siendo la recaudación obtenida para alguna causa benéfica.
FOTOGRAFÍAS:
PRIMERA:
El Marrano de San Antón en la plaza del Barrio Nuevo de La Alberca.
Fotografía: Ruth M. Anderson.
(Hispanic Society of America).
SEGUNDA:
El Marrano de San Antón en una calle de la Alberca.
(sin fecha ni autor conocidos).
Fuente: La Alberca y sus tradiciones.