Recordamos la labor social de este servicio con una imagen de de conductores-mecánicos del que circulaba entre Villar de Ciervo y Ciudad Rodrigo, depositada por José Muñoz Sendra en el archivo del Instituto de las Identidades de la Diputación de Salaman
"Los primeros autobuses de transporte público entre poblaciones, aquellos coches de línea que surcaban las carreteras provinciales, eran un ir y venir de gentes arracimadas en el interior y en la baca, con cestas de mimbre y maletas de madera, con hatos?", recuerda Juan Francisco Blanco, director del Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca.
Sin duda, eran un punto de encuentro y cohesión territorial porque "la espera del coche de línea se convertía en una conjunción de personas de toda condición, entre las que asomaban algunos vendedores de dulces, que llegaban a convertirse en verdaderos iconos de estas paradas o cocheras. Se provocaban encuentros y reencuentros de quienes más tarde tomarían destinos distintos pero que, por unos minutos, ponían a punto la información recíproca sobre familiares, amigos y paisanos, sobre afanes compartidos, sobre la vida misma".
Eran "tertulias espontáneas que surcaban los tiempos de la espera, prolongándose luego en el vehículo hasta el momento de la despedida: ¡Queda con Dios!, ¡Da recuerdos!", añade Blanco.
Foto de conductores-mecánicos del coche de la línea Villar de Ciervo-Ciudad Rodrigo, perteneciente al archivo de 'Foto Muñoz', depositada por José Muñoz Sendra en el Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca.