Se manifiesta con sensaciones y pensamientos de temor, ansiedad, así como experiencias desagradables que se activan tan sólo con la idea de salir de casa
Con la llegada de la desescalada, y a punto de pasar a Fase 2, estamos retomando antiguos hábitos, pero adaptados a la llamada 'nueva normalidad' la cual no es gestionada emocionalmente igual por todo el mundo.
Una de las características de esta crisis son los escenarios cambiantes y la incertidumbre que conllevan, así como la capacidad de adaptarnos a los mismos y de poner en práctica la pericia de la improvisación.
Hay personas que tienen miedo a salir a la calle, rechazo a tener contacto con otras personas fuera de las paredes de nuestra casa, realizar actividades que antes eran cotidianas, volver al trabajo? es lo que se conoce como el 'Síndrome de la Cabaña'.
Cuando llevamos más de 70 días de confinamiento, lo normal es experimentar reacciones como éstas, unido a pensamientos catastrofistas e incertidumbre sobre lo que hay fuera de nuestra casa. El instinto de supervivencia ha hecho que nos hayamos acostumbrado a la excepcionalidad de la situación, convirtiendo nuestro hogar en un lugar de confort, seguro y tranquilo.
El Síndrome de la Cabaña se manifiesta con sensaciones y pensamientos de temor, ansiedad, así como experiencias desagradables que se activan tan sólo con la idea de salir de casa y desarrollando la creencia de seguridad exclusiva en la vivienda.
Estas manifestaciones producen respuestas fisiológicas como hiperventilación, sudoración y taquicardias en algunos casos.
Este síndrome hace alusión a un conjunto de síntomas, como la ansiedad, palpitaciones, que experimenta una persona cuando sale a la calle después de haber permanecido un período de tiempo en un espacio cerrado.
El estado emocional de quien padece este síndrome cambia, puede desencadenar desde tristeza hasta pánico. Es una mezcla entre miedo e inseguridad, por un lado, está la inseguridad desde el punto de vista sanitario que nos da salir a la calle, pero otro elemento importante que provoca el miedo es la incertidumbre.
¿Cómo superar el Síndrome de la Cabaña?
Lo primero de todo es no normalizar las emociones que sentimos y no presionarnos sobre cómo debemos o no actuar ante esta situación. Tomar conciencia que la vuelta a la "normalidad" es un proceso progresivo a largo plazo, por lo que las actividades que realizábamos antes las volveremos hacer, pero aún así será necesario hacer cambios en nuestros hábitos.
Las salidas deben ser graduales, de manera que cada uno vaya regulando qué necesita y cómo. Exponernos cada día de manera gradual, tomando conciencia de nuestras sensaciones sin presionarnos sobre el tiempo. Sería positivo utilizar estas salidas para realizar algo que nos reporte una sensación de bienestar, una actividad que nos resulte agradable para ir añadiendo experiencias positivas que contrarresten las creencias generadas hasta el momento.
Esta sensación placentera hará que nuestros niveles de dopamina aumenten y por lo tanto asociemos esa actividad con una consecuencia de placentera aumentando así las posibilidades de repetirse al día siguiente.
Es importante también que cuando salgamos lo hagamos siguiendo los protocolos de seguridad establecidos, mascarillas, lavado de manos, distancia de seguridad? ya que nos pueden proporcionar cierta sensación de seguridad, así como organizar y preparar la salida, el recorrido que vamos hacer.
Prepara la vuelta a tu rutina anterior, conoce cómo va a ser ese regreso. Pregunta a tu empresa sobre las medidas preventivas y ve adaptando un horario de manera progresiva, planifica las tareas por orden de importancia no quieras hacerlo todo en el mismo día.
Recupera el contacto social poco a poco, atendiendo a tus necesidades y deseos. Sigue incluyendo pautas de autocuidado como hábitos de comida saludables, descansar y dormir lo suficiente, cuidar la higiene?
Hay que trabajar mucho el autocontrol, el control de las emociones a través de los pensamientos». En cualquier caso, si estas pautas no funcionan conviene consultar con un profesional.