La bondad y la sencillez se hicieron carne en un hombre inteligente y trabajador. Don Ramón ha sido todo eso y más, "un santo y una persona entrañable" en la percepción diaria de un compañero de pupitre; todo arnabilidad con la gente que se acerca a él y atento sin pretensiones. Nació en Macoltera, dentro de una familia, que supo inculcarle, desde chico, el afán por una vocación y la lucha por la consecución de las máxirnas aspiraciones. A pesar de los nobles y grandes logros obtenidos, él se mostraba con la misma sencillez, sin un átomo del menor orgullo. Para él, lo sobresaliente del hombre está en la mente y lo que se pueda alcanzar a través de ella, y, sobre su mesa de trabajo, el Crucifijo; y, en su alma y corazón, sus sinceras convicciones religiosas.
Don Ramón nació en Macotera el 1 de agosto de 1932. Son sus padres Francisco Hernández Quintero y Rafaela Martín. Muy joven ingresó en el convento de los Padres Dorninicos de Coria (Cáceres), (año 1945), donde estudió los cinco cursos de Humanidades; el 24 de septiembre de 1950, ingresó en la Orden de Predicadores en el convento de Palencia; la Filosofía la cursó en el convento de Las Caldas de Besaya (Santander) (1951/1954) y la Teología en San Esteban de Salamanca.
Se ordena de sacerdote el 30 de marzo de 1959, en la ciudad del Tormes. Después marchó a la Universidad de Santo Tomás de Roma, donde se doctora en Sagrada Teología el 22 de enero de 1963, y se especializa en "Paleografía, Archivística y Doplomatología" en la Escuela Vaticana.
Finalizada su preparación, regresa a Salamanca (año 1962) y, en el convento de San Esteban, se dedica a la investigación y a la docencia. Durante más de treinta años, ha explicado Historia de la Iglesia en la facultad de Teología de San Esteban, y el mismo tiempo lo ha destinado a la investigación. Hubo un pequeño paréntesis de su estancia en Salamanca, en que ejerció como prior del convento.
En el campo de la investigación, don Ramón ha analizado y estudiado la historia de la Orden de Predicadores en España y su proyección en América; preferenternente, ha fijado su curiosidad en la vida y obra de Francisco de Vitoria, teólogo, humanista brillante y preocupado por los problemas del hombre de su tiempo, profesor de la Universidad de Salamanca desde 1526 y fundador del derecho internacional. Como muestra de la talla del humanista español, motivo central de la obra investigadora de nuestro paisano, recordarnos aquellas frases de Francisco de Vitoria, que decían:
"En verdad que tengo, por una señal de reprobación eterna, que, en un año en que donde mueren nuestros prójimos y hermanos de hambre, tenga uno íntento de hacerse rico". O aquella reacción sentida ante el ajusticiarniento de Atahúlpa por Pizarro:
"Se me hiela la sangre en el cuerpo en mentándornelo".
Y como creador del derecho internacional, su pensamiento fundamenta toda la doctrina político ? social en principios como los siguientes:
"Los indios americanos y los españoles, que iban a colonizarlos, tenían una serie de derechos comunes a todo hombre, que era necesario respetar".
Era enemigo "de que rey o gobernante codicie el dominio universal, deja bien claro que los hombres son libres y nadie tiene derecho a pretender ser dueño del mundo, propietario de provincias, gentes y haciendas".
Y no es extraño que Ramón haya empeñado la rnayor parte de su vida al estudio de este hombre de nuestra historia, trabajo que recoge en sus obras "Francisco de Vítoria, O.R, "Doctrina sobre los indios, Edición facsímil. Transcripción y traducción" por Ramón Hernández Martín, O.P. 2ª Edición. San Esteban, Salamanca 1992.
"Francisco de Vitoria. Vida y pensamiento internacionalista". BAC normal, Madrid 1995, XXVI + 382 p. Francisco de Vitoria y su "Relección sobre los indios". Edibesa, Madrid 1998, 185 p.
Sobre la obra de este personaje, ha publicado otros libros y artículos en numerosas revistas de ámbito nacional e internacional, y participado en numerosos congresos sobre Francisco de Vitoria y la historia de la Orden en Salarnanca y en España.
Otra faceta, que ha cultivado Ramón con intensidad, ha sido la publicación. Aparece como fundador y director de la revista de investigación histórica "Archivo Dominicano" (1975 a 1996), y director del Instituto Histórico Dorninicano" desde 1975 hasta 1996.
Durante los seis últimos años, ha desempeñado el cargo de Archivero General de la Orden en Roma, uno de los títulos más significativos de la misma; hace unos meses ha sido elegido, mediante votación de los frailes, Prior del convento de Santo Domingo el Real de Madrid, por el período de tres años, renovables; y, en el pasado mes de mayo, recibió el título de "Maestro en Teología", el máximo galardón que puede conceder la Orden Dorninicana a los frailes dominicos que han destacado por su enseñanza y sus publicaciones.
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