El exalcalde de Ciudad Rodrigo Miguel Cid Cebrián realiza una reflexión sobre el silencio de estos días
Además del vacío de nuestras calles y plazas, impresiona también el silencio que reina en ellas. Esperemos que por poco tiempo y todo lo que antes era normal, vuelva a ser normal. No obstante, a veces el silencio se llena de sentimientos, como ha sucedido en el convocado por nuestro alcalde en recuerdo y homenaje a las víctimas de la pandemia del covid-19. Incluso, las campanas de nuestras iglesias tocaron a difunto, empezando por la de nuestra catedral "en signo de comunión y oración", en palabras de nuestro deán Ángel Carballo.
Un acto que me recuerda la exitosa música de Simon and Garfunkel de los años 60, precisamente con la canción "Los sonidos del silencio", que fue un icono musical de aquellos años. Y es que el silencio, a veces resulta atronador pues está lleno de sentimientos, en este caso, bien evidentes, que expresan con rotundidad la pena y el dolor que todos llevamos consigo.
Un silencio que no es incompatible con los merecidos aplausos que todos los atardeceres se dedican a los sanitarios en especial, pero no únicamente, y que están luchando denodadamente por evitar o paliar la catástrofe.
Son días duros y difíciles en los que cualquier gesto, como el que comentamos, estimula la solidaridad entre todos, que tanta falta hace, para superar la crisis. Por ello, el silencio clamoroso de este día me recuerda de nuevo el texto de la canción de Simon and Garfunkel, "las palabras como gotas de lluvia silenciosa cayeron y se hicieron eco en los pozos del silencio". Gracias pues, a quienes con vuestra respuesta a este llamamiento demuestran una vez más la calidad y la entereza de nuestros mirobrigenses, siempre solidarios con quienes lo han perdido todo. Y mi felicitación al alcalde, por tan oportuna y justa iniciativa. Ojalá que pronto se acabe esta trágica situación y nuestros silencios no sean ya de este tipo.