Profesor de Derecho Penal de la Usal
A última hora de este pasado jueves (Santo), los 27 estados del Eurogrupo han logrado aprobar un gran acuerdo consensuado previamente entre los ministros de finanzas de Holanda, Alemania, Italia, España y Francia, superando así el previo bloqueo de Holanda, por el que se destinará un paquete económico de 540.000 euros para luchar contra la crisis del Coronavirus. La concesión de esos créditos a los países supondrá una red de seguridad para trabajadores, empresas y los estados que, además, no está condicionado a ningún programa de rescate con ajustes y reformas. Por otro lado, Francia y España también han logrado que se acuerde trabajar en un fondo de recuperación económica para preparar y apoyar la salida de esta crisis y que deberá ser concretado por los Jefes de Estado y de Gobierno en la próxima cumbre. Es decir, lo que se ha venido denominando como un nuevo "Plan Marshall".
Ha triunfado la tesis de la unidad frente a la división. En este sentido, han tenido eco las demandas de los países del sur (Francia, España e Italia). Recordemos que el presidente español, Pedro Sánchez venía denunciando que "la UE está en peligro si no muestra una solidaridad sin fisuras". Y la canciller alemana, Ángela Merkel ha reconocido claramente que "hay una necesidad urgente de solidaridad". Es más, en una encuesta publicada en Alemania, el 68 % de los ciudadanos de aquél país son partidarios de que la UE ayude firmemente a España e Italia en esta crisis.
Y mientras esto ocurre en Europa, también en los distintos países que, como nosotros, están sufriendo las gravísimas consecuencias de la pandemia, los grupos políticos de la oposición están apoyado sin fisuras la acción de sus respectivos gobiernos; en cambio, la derecha española (en la oposición en estos momentos) se alinea con las posiciones más reaccionarias de los dirigentes de los partidos extremistas europeos, como Salvini, en Italia o Marine Le Pen, en Francia. La verdad es que escuchar las intervenciones de Casado o Abascal en el Congreso este pasado jueves no tenía desperdicio. Algunos comentaristas radiofónicos, como Angels Barceló, en la Ser, al escuchar a Abascal, exclamaban: "hay que tener estómago para seguir escuchando a Abascal". Y la acusación principal de Casado y el PP era que el gobierno "estaba manipulando las cifras de los muertos". La acusación da pie a pensar que el gobierno esta "alterando los datos maliciosamente", cuando si las cifras de fallecidos reales por coronavirus son superiores a las oficiales es porque aún no se han enviado todos los datos de los asientos de los libros de fallecimiento de los Registros Civiles, donde consta, además del día y hora del fallecimiento de cada persona, la causa del mismo. Esos datos no se los han proporcionado aún las comunidades autónomas al gobierno. Por tanto, de esta ausencia de cifras reales no puede deducirse actitud dolosa, intencionada y maliciosa por parte del gobierno. Es de sentido común.
Pero el sentido común, como decía Unamuno, parece ser el "menos común de los sentidos", puesto que desde el principio de la crisis, el PP nacional y el de Madrid se han encargado de difundir hasta la saciedad que se tenía que haber actuado antes en el confinamiento de la población, en el encierro. En cambio, eso es incongruente con una carta que se envió desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (citada por Adriana Lastra en el debate del jueves) el 5 de marzo. Concretamente, la misiva la remitió la Directora General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ha sido publicada por algunos medios de comunicación y en ella, entre otras cosas se dice lo siguiente: "La Dirección General de Salud pública quiere recordar la importancia de mantener la tranquilidad e incidir en la eficacia de las medidas de protección?." "La población general puede continuar con su actividad con toda normalidad..". Se hace hincapié en la importancia de reforzar las medidas preventivas de higiene básica, como "extremar al máximo el lavado de manos?" o "extremar las medidas de higiene respiratoria?.". En la carta se asegura que esta Dirección General realiza "la identificación y vigilancia de los contactos de los casos detectados, que son valorados individualmente con el objetivo de identificar precozmente la posible aparición de casos de infección. Los contactos podrán llevar su vida habitual en familia, con amigos y, en general, en el ámbito laboral, aunque se recomienda que se extremen las medidas de higiene respiratoria y lavado de manos?".
En esta carta no se hizo ninguna recomendación diferente a las generales que no sólo el gobierno de España estaba adoptando, sino que se anunciaban también por la Organización Mundial de la Salud y en otros países. Por otra parte, en ese momento las competencias sanitarias eran de las diferentes CC.AA y si hubo un fallo de previsión fue generalizado. El propio presidente del gobierno en la comparecencia del jueves dijo textualmente: "seguro que se han hecho muchas cosas mal?". Claro, si todo esto lo analizamos ex post, podemos pensar así, pero en el momento concreto de los hechos, la situación era la que era. De lo contrario, ¿por qué no adquirió la Comunidad de Madrid el material sanitario necesario para abordar la crisis, como le recriminó Adriana Lastra a Casado en el Congreso? Era de su competencia en su área territorial. A la expresión del presidente Sánchez no se le puede contestar, como lo hizo Casado con "¿?de verdad cree que lo ha hecho todo bien?? Casado, a lo suyo, a competir en dureza con VOX y a intentar sacar el mayor rédito político y como sea.
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