Los cofrades del Silencio encienden sus faroles en ventanas y balcones
No sólo se encendieron en Miróbriga, sino también en ciudades como Madrid o Vitoria
Por segundo año consecutivo, la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración ? Cofradía del Silencio de Ciudad Rodrigo se quedó sin poder procesionar en la noche del Jueves Santo por las calles mirobrigenses, en esta ocasión por un motivo muchísimo más grave que el año pasado, cuando la lluvia impidió salir a procesionar, organizándose como alternativa un besapiés dentro de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro (el paso fue llevado en la tarde del Viernes a la Catedral para la procesión de La Carrera).
Con los cofrades confinados debido a la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, en esta ocasión tuvieron que conformarse en la noche del Jueves Santo con recordar desde sus hogares este momento tan especial, que simbolizaron, como había propuesto la Junta Directiva de la Cofradía, colocando sus faroles de cofrade en las ventanas y balcones de sus viviendas.
En la mayoría de los casos lo hicieron en el tramo horario coincidente con la procesión, aunque en algunos puntos de Ciudad Rodrigo estuvieron puestos durante buena parte del día. Asimismo, a la iniciativa se sumaron, con otro tipo de cirios, otros mirobrigenses que no son cofrades.
Como señalan desde la Cofradía del Silencio, la iniciativa no se quedó en Ciudad Rodrigo, sino que también hubo cofrades residentes en otros lugares como Madrid o Vitoria que se animaron a colocar sus faroles en las ventanas y balcones de sus viviendas. Como se puede ver en las imágenes, en algunos casos los faroles estuvieron acompañados de dibujos, medallas de la Cofradía, estampas, reproducciones de los cofrades o una esquila.