La Plaza Mayor da ejemplo con un impactante cierre voluntario colectivo “por la salud de todos” ...

El sol radiante y las altas temperaturas de las que está disfrutando Ciudad Rodrigo este sábado habrían hecho que se disfrutase de una espectacular jornada callejera, más aún con los eventos de relevancia que había programados: la Feria de Botijeros durante la mañana en la Plazuela del Buen Alcalde y la Plaza Mayor, y el Certamen de Bandas de Semana Santa durante la tarde (que constaba de un pasacalles y el certamen en sí en el Pabellón de Conde de Foxá).

Sin embargo, como todos los mirobrigenses ya saben, el coronavirus ha obligado a cancelar todos ellos, en aras de evitar cualquier tipo de contagio entre la población, aunque por el momento no se tiene constancia de que se hayan detectado casos en Ciudad Rodrigo.

Con todas las actividades de las entidades públicas de Ciudad Rodrigo suspendidas o canceladas, en las últimas horas están dando un impresionante ejemplo un amplísimo número de entidades privadas que, por voluntad propia (antes de que se lo ordene nadie), han decidido cerrar sus establecimientos, con el clarísimo perjuicio económico que para ellos supone.

De este modo, como ya publicamos en la jornada del viernes, se han ido sucediendo los cierres de establecimientos de todo tipo, especialmente del sector comercial y hostelero, llevando, por ejemplo, a que la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo presentase una imagen totalmente insólita e impactante a última hora de la mañana del sábado: todos los establecimientos estaban cerrados, incluidos todos los bares del ágora, que en condiciones normales a esas horas deberían estar llenos a rebosar, incluido sus terrazas.

Los únicos que no estaban cerrados en la Plaza a última hora de la mañana del sábado eran los establecimientos que pueden (y deben) mantenerse abiertos: la Pastelería Etreros, el kiosko de prensa, el estanco y las dos farmacias. La situación se repetía en el resto del centro histórico de Ciudad Rodrigo, donde el cierre era prácticamente absoluto "por la salud de todos", como apuntaban en el cartel colocado a las puertas del Bazar Satur.

En algunos casos, los carteles informativos del cierre contienen información adicional. Por ejemplo, las dos ópticas de la calle Madrid, Vasconcellos y Madrid, tienen números de teléfono de urgencia por si sus clientes tienen algún problema con sus gafas o lentillas durante este período de cuarentena. Mientras, la Asesoría Domínguez y Perrino invita a realizar las gestiones de manera telemática en vez de acudir presencialmente, y Cruz Roja pide realizar las consultas de forma telefónica.

Fuera de murallas -al menos en la zona recorrida por Ciudad Rodrigo Al Día- la situación era un poco desigual entre los establecimientos que no tienen productos de primera necesidad, manteniéndose por ejemplo varios bares abiertos en el entorno del Parque de La Glorieta, aunque otros estaban cerrados, como La Glorieta (cuyos responsables han cerrado también el Hostal La Florida de la calle San Fernando), o un poco más lejos de allí, el Yoanna Irish Pub en la calle Wetones.

Pese a haber pocos bares abiertos, los que sí lo estaban tenían pocos clientes, de tal modo, por ejemplo, que las escasas terrazas montadas ni siquiera estaban llenas pese a la radiante jornada que hacía. Eso llevaba asimismo a que hubiera pocos vehículos por las calles. Uno de los ejemplos más claros era el parking situado frente al antiguo Centro de Salud y la Ronda de San Pelayo, con escasos vehículos, pese a que este sábado sí se podía aparcar al no celebrarse el mercadillo (había colocadas unas cintas para remarcar esa prohibición).

La galería de imágenes de esta información se abre con el cartel situado a las puertas de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo (donde se presta el servicio de diálisis en Ciudad Rodrigo), en el que se prohíbe el paso a personas ajenas a la unidad.