El solar del viejo sindicato agrario acoge el Museo Eloy Rodero, un joven recurso turístico que retrata el pasado reciente de un pueblo
Si algo caracteriza a los tesoros escondidos de los que podemos disfrutar a lo largo de la provincia de Salamanca es que podemos hallarlos en el lugar más recóndito e inesperado y, en algunos casos, relacionados con experiencias particulares. Así sucede, por ejemplo, en la casa de Satur Juanela, en La Alberca, donde se nos permite recrear el día a día de una vivienda tradicional.
Viviremos una experiencia similar en el Campo de Peñaranda. Allí podremos visitar el museo etnográfico Eloy Rodero, una iniciativa puesta en marcha por el propio Ayuntamiento que trata de promocionar y convertir en atractivo turístico la afición como coleccionista de Eloy Rodero Lozano, quien, además de dedicar su vida al trabajo en el campo, atesorando numerosos objetos relacionados con la vida y el trabajo campesino, exploró su faceta de artesano. De esta manera, el visitante tiene la oportunidad de conocer de primera mano tanto esos aperos de labranza como las obras de madera talladas por Rodero.
El museo trata de poner de manifiesto el gran peso de la agricultura en esta zona y resalta la destreza de un hombre que dedicó su tiempo libre en esta Salamanca rural a crear arte con sus propias manos, algo frecuente en aquellos lugares donde la oferta de ocio es más limitada.
El museo etnográfico Eloy Rodero abrió sus puertas en diciembre del año pasado en el solar del antiguo sindicato agrario. Con su apertura, el Ayuntamiento se dota de un recurso turístico para sorprender al visitante que, al mismo tiempo, trata de reivindicar el pasado reciente de un pueblo en que la actividad agraria es su mayor seña de identidad y su principal fuente de ingresos.