Siempre se mantuvo fiel al ideario republicano, apoyando a todos sus gobiernos, aunque poco a poco perdería interés por la política activa
El compromiso de Miguel de Unamuno con su entorno fue un rasgo muy característico de sus personalidad. A su regreso del exilio y tras el gran recibimiento que la ciudad de Salamanca le otorga, el 12 de abril de 1931 es elegido concejal por la Conjunción Republicano-socialista.
Unos días después, el 14 de abril, proclama la República desde el balcón del Ayuntamiento. Fueron años de nombramientos en altos puestos: alcalde honorario, rector y presidente del claustro universitario, presidente del Consejo de Instrucción Pública, diputado a Cortes.
Siempre se mantuvo fiel al ideario republicano, apoyando a todos sus gobiernos, aunque poco a poco perdería interés por la política activa.