Con anterioridad, esta
calle fue conocida con el extraño nombre de
Gurruminas, comprendida entre las plazas de los
Bandos y de San Juan Bautista. La plaza del mismo nombre en su concepción actual es relativamente reciente. Antiguamente
en ella se alzaban unas pequeñas casas y una recoleta plazoleta que se abría a la calle de
Crespo Rascón, colocándose en su centro el rollo que embutido en una tapia delimitaba la propiedad del convento del Jesús.
La presencia de la primera fundación teresiana en esta plaza es razón más que suficiente para el nombre que recibe. El 1 de noviembre de 1569 llega a la ciudad su fundadora, Teresa de Cepeda y Ahumada (Santa Teresa) estableciéndose en una casa que había estado arrendada a estudiantes y que pertenecía al mayorazgo de Gonzaliañez de Ovalle, regidor que fue de la ciudad. Esta casa debió edificarse a finales del siglo XV, fecha en que vivió Juan de Ovalle, a quien responden algunas de las armas de los escudos de la fachada.
Para las carmelitas, la importancia de esta casa es muy conocida, sus aposentos se han conservado como si en ellos se hubiera detenido el tiempo, aún se puede admirar el artesonado de la sala principal, hoy capilla; el confesionario y otros detalles relacionados con la presencia de Santa Teresa en Salamanca. Actualmente la casa acoge un pequeño museo carmelitano donde tiene cabida el recuerdo de la Madre Bonifacia Rodríguez Castro, fundadora de las Siervas de San José.
Imagen de la estrecha calle de Santa Teresa.
Plaza y casa del mismo nombre, lugar donde vivió Santa Teresa.
Fuente: Callejero histórico de Salamanca.