La presencia de los coches estacionados delante del Ayuntamiento preocupaba por el deterioro del entorno monumental y éste quedó libre de vehículos alrededor de 1980
La presencia de los automóviles estacionados delante de la Casa Consistorial, preocupaba por el deterioro del entorno monumental. La lucha por desplazar a los coches de la Plaza iba a durar más una década. Después de varias controversias relacionadas con el estacionamiento y tráfico de vehículos, la tendencia reformista agudizó su campaña contra el tránsito rodado hacia 1960.
La batalla entre las fuerzas favorables y contrarias al estacionamiento de automóviles en la Plaza duró hasta 1972, con diferentes planes para construir un estacionamiento subterráneo.
En 1970, Zenón Jiménez Ridruejo, presidente del Centro de Iniciativas y Turismo, argumentaba que las señoras de la ciudad no podrían hacer sus compras en la Plaza si no tenían la oportunidad de aparcar sus coches en la misma.
El 27 de diciembre de 1972, Francisco Tamames ofreció un proyecto de estacionamiento para trescientos coches, pero la batalla por la presencia de los coches en la Plaza o en un estacionamiento subterráneo se había perdido. El espacio abierto de la Plaza Mayor quedo libre de tráfico rodado alrededor de 1980.
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