Fue llevado a la Alamedilla el 26 de septiembre de 1930, después de las ferias, y el mismo otoño en que se inauguró el cine Coliseum
Para los salmantinos de talante más moderno, el templete del centro de la Plaza Mayor fue durante los años 20 un anacrónico recuerdo de otros tiempos. Ridiculizado a lo largo de más de diez años, sobrevivía como baluarte de ritos antiguos, pertenecientes a una época en la que las bandas amenizaban una Plaza más tranquila y provinciana.
Para aquellos salmantinos anclados en el pasado, el templete se convertía en un símbolo de la vida popular que todavía se hallaban al margen de las rápidas corrientes de los años 20.
Los salmantinos se enzarzaron entre ellos, unos a favor y otros en contra del traslado, pero la fuerza de la cultura musical popular mantuvo la estructura hasta el último momento, que finalmente fue trasladado a la Alamedilla el 26 de septiembre de 1930, después de las ferias, y el mismo otoño en que se inauguró el cine Coliseum, que proporcionó a los salmantinos una nueva forma comercial de entretener sus ratos de ocio.
Después de eliminar el templete y las pamelas se instaló una plataforma provisional para las bandas de música.
FOTOGRAFÍAS
PRIMERA
El templete en la década de los veinte.
(Cándido Ansede).
SEGUNDA
Una de las últimas imágenes del templete tomada hacia 1930 .
TERCERA
La nieve de un invierno de los años treinta sobre los jardines de una Plaza ya sin templete.
Fotografiada por Luciano Roisin.
CUARTA
La Plaza con la plataforma provisional para las bandas de música.
Fotos de Almató, sobre 1934.
FUENTE
La Plaza Mayor de Salamanca