La medianoche del 23 de diciembre se prende una hoguera que permanece encendida durante todas las fiestas, convocando a su alrededor a vecinos y visitantes
Penamacor, una villa rayana situada en la Beira Baixa portuguesa, en plena Reserva Natural de la Serra de Malcata, vive durante el mes de diciembre uno de los momentos altos de su calendario festivo, con un evento tradicional que aquí alcanza la categoría de apoteósico, por tamaño físico y por celebración viva, que le ha valido a la localidad el sobrenombre de 'Vila Madeiro'.
Es costumbre en Portugal, sobre todo en las Beiras y otras regiones del interior, salir a la calle después de la cena de Nochebuena, para juntarse con los vecinos alrededor de una hoguera. Este 'Madeiro do Menino', es encendido para simbolizar el alumbramiento del Niño Jesús y ofrecerle una cálida bienvenida, así como para representar el "fiat lux" que la llegada del Mesías conlleva. Los 'Madeiros' arden en las plazas principales de pueblos y barrios y suponen un tradicional momento de confraternización que se sigue manteniendo.
En Penamacor, el Madeiro alcanza dimensiones gigantes. Una montaña de robustos troncos es apilada junto a la iglesia de São Tiago, en el centro de la localidad. El día 8 de diciembre el 'Desfile do Madeiro' dejó una estampa singular, con varios tractores entrando en la villa cargados de troncos, procedentes de árboles enfermos o que ya murieron. Desfilan al son de la concertina, con los chicos y chicas -este año es el turno de los nacidos en 1999- encaramados en lo alto de los maderos, cantando y lanzando al público naranjas y ramos de naranjo, como es tradición.
El Madeiro de Penamacor destaca por otros motivos, además de por su tamaño. Se prende la noche del 23 de diciembre, -y no la del 24-, poco antes de la medianoche, y arde ininterrumpidamente durante varios días. Tal es la altura que alcanzan sus llamas, que las fachadas de la iglesia y de los edificios circundantes han de ser pintadas cada año después de la fiesta.
Los puntos donde bulle la Navidad de Penamacor son el Parque de la República, la plaza Vila Madeiro, en los alrededores de la iglesia de São Tiago, y la calle que los comunica, así como el espacio Tenda Vila Madeiro, al lado del Museo Municipal. Aquí se encuentran el Mercadillo de Navidad y las 'tasquinhas', el espacio infantil y toda la animación navideña, que trascurren cada fin de semana y durante los días 23, 24 y 25 de diciembre, de 10 a 21 horas. Habrá un Belén Viviente, demostraciones gastronómicas de Cocina de Navidad, visitas guiadas y teatralizadas, conciertos, encuentro de cánticos antiguos de Navidad y actuación de alumnos portugueses y españoles de acordeón. Además, tiene lugar la Feria del Libro durante todo el mes de diciembre, una oportunidad de regalar literatura portuguesa.
El Museo Municipal de Penamacor
Con una mirada ecléctica sobre el territorio, pretende ser un escaparate de lo que fue y es importante en la vida de los penamacorenses. Así, en su exposición permanente encontramos utensilios tradicionales vinculados a la agricultura y la ganadería, pero también calesas decimonónicas, una colección de monedas antiguas y otra de armas, en un concejo tan relevante en lo cinegético y en lo militar.
También hay una mirada a la naturaleza. En plena Reserva Natural de Malcata, en las tierras donde históricamente habitó el lince ibérico, sus habitantes son buenos conocedores del medio. Una colección de animales disecados entre los que destaca el lobo, la lechuza, el mirlo negro, el jabalí, el zorro, la gineta, el erizo chachero, la liebre, la perdiz, el conejo y, por supuesto, el lince ibérico. Al cauce del arroyo Baságueda también llegó la nutria, la garza real o el guarda-ríos. Todos ellos en una sala del museo, una exposición sin pretensiones, pero bastante bien conseguida, que los aficionados a esta temática apreciarán.
En este momento, hay dos exposiciones temporales: la serie de fotografías sobre el arte de descortezar el alcornoque y otra sobre los relojes de los campanarios y torres del concejo de Penamacor.
Alcornoques, senderismo y un día a caballo
En un concejo eminentemente forestal y agropecuario, la naturaleza está presente en todas sus tradiciones. La extracción de corcho es una de sus actividades económicas, por eso, incluida en la programación del evento Vila Madeiro se ha desarrollado un seminario sobre el arte de retirar la corteza sin dañar al alcornoque. La extracción de la 'amadia', el corcho de mayor calidad, es objeto de una exposición de fotografías en el Museo Municipal durante todo el mes de diciembre.
Portugal es el mayor productor de corcho del mundo, no es de extrañar que el alcornoque sea considerado el "árbol nacional de Portugal". Además de para el prestigioso sector vitivinícola portugués, el corcho se utiliza ampliamente en construcción, decoración de interiores, todo tipo de productos y complementos de vestir.
El sábado 14 se llevará a cabo una plantación de alcornoques y otras especies autóctonas, en el marco de una jornada senderista.
También el sábado 14 trascurrirá la sexta edición del ya tradicional Paseo Ecuestre, con decenas de caballistas españoles y portugueses por los alrededores de Penamacor durante la mañana, con almuerzo a base de productos 'Terras do Lince' y, ya por la tarde, un paseo todos juntos por las calles de la villa, con noche libre a caballo por la localidad.
Geopark Naturtejo y Termas
Inserido en una zona con gran diversidad geológica, el concejo de Penamacor está doblemente protegido: por el Geoparque Naturtejo y por la red Natura 2000, del que forma parte la Serra de Malcata.
Aquí hay abundancia de aguas termales. Las Termas da Fonte Santa y las Termas de São Tiago son dos complejos termales de Penamacor, de explotación pública y privada, respectivamente.
A Penamacor se llega tomando la SA-200 en Ciudad Rodrigo, dirección Ituero de Azaba, cogiendo después la carretera portuguesa N-233, pasando por Sabugal y continuando hacia el sur. También puede accederse por la localidad de Vilar Formoso.
Ubicada en un lugar militarmente privilegiado, entre dos reinos, la población surgió en un aglomerado de casas ordenadas en empinada pendiente hasta su castillo, del que se conserva solo la Torre del Homenaje y la Torre del Reloj. Su situación convierte a la villa en un gran mirador, orientado hacia las tierras llanas del sur, divisando ya el Alentejo, o hacia el más montañoso noroeste de Cáceres.
Las gentes de las 'Terras do Lince' mantienen viva la llama del mayor Madeiro de Portugal.
Si está interesado, puede ver el programa completo del 'Vila Madeiro 2019' aquí