Su presencia en alimentos presenta un riesgo serio para la salud humana y animal, ya que pueden causar diversos efectos adversos como la inducción del cáncer y mutagenicidad
Las micotoxinas son unas sustancias que producen los mohos al crecer y algunas de ellas pueden ser muy tóxicas. Su presencia en alimentos presenta un riesgo serio para la salud humana y animal, ya que pueden causar diversos efectos adversos como la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón.
Partiendo de las notificaciones del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF), se sabe que hay ciertos tipos especias donde es más habitual encontrar estas micotoxinas, como en la nuez moscada y el pimentón. Para comprobarlo, la Organización de Consumidores y Usuarios ha realizado un estudio para detectar la presencia de toxinas fúngicas en estas especias y en qué cantidad.
Para ello, OCU, junto con sus organizaciones hermanas de Bélgica y Portugal, ha analizado un total de 126 muestras de este tipo de especias, 26 de nuez moscada (entera y molida) y 100 de pimentón (dulce, picante y en variedades como la cayena, la ñora, el pimiento choricero y el portugués piri-piri). El resultado es que se han detectado micotoxinas en la mayoría de ellas.
En concreto, de los 12 tipos de micotoxinas buscados, OCU ha localizado dos (Ocratoxina A, Aflatoxina B1 o ambas) en el 71% de los productos; sobre todo en los que llevan algún derivado del pimiento (77% de las muestras) pero también en la nuez moscada (46%). En dos casos concretos, además, las cantidades encontradas están por encima del límite legal establecido por la normativa europea.
La Organización de Consumidores cree que las tasas de productos contaminados, aunque no son alarmantes, evidencian la necesidad de que la Comisión Europea refuerce las medidas para prevenir la contaminación por micotoxinas en especias y en alimentos en general.
Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios pide a la Comisión Europea:
- Reforzar de las medidas para prevenir la contaminación por micotoxinas en especias y en alimentos en general.
- Aumentar los controles para que los operadores sigan buenas prácticas.
- Obligar a los fabricantes a indicar el origen de los productos en el etiquetado.
Según la FAO, el 25% de los cultivos estarían contaminados por micotoxinas, especialmente en climas cálidos y húmedos. En este sentido, el riesgo emergente de un aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias haría que los hongos productores de micotoxinas pudieran encontrar condiciones más adecuadas para su crecimiento en zonas donde antes no eran motivo de preocupación.
Para los consumidores, OCU cree que, aunque no se trata de eliminar estos alimentos de la dieta, sí se deberían consumir de forma moderada dentro de una dieta variada y equilibrada. A pesar de que no se ingieren en grandes cantidades, las especias se emplean en multitud de platos tradicionales que a menudo tienen asociada una imagen de alimento sano, contribuyendo a la ingesta global de micotoxinas.