"Tú eras siempre la primera sonrisa al atravesar la puerta del patio de cuadrillas"
Me dicen que te has ido y mi corazón sangra, José Luis. Sangra como si le hubieran clavado un puyazo hondo, hasta las cuerdas, a traición, y se fuese vaciando poco a poco de tantos recuerdos, tantas sonrisas, tantos abrazos como nos hemos dado.
Tú eras siempre la primera sonrisa al atravesar la puerta del patio de cuadrillas. El primer y más entusiasta espectador en cualquier acto del orbe taurino, imprescindible ya en los aperitivos del Casino que María Fuentes y yo lidiamos al alimón. El que más te alegrabas en nuestro variopinto grupo de whatsapp taurino de los éxitos de los demás. El más humilde, sin terminar de creerte nunca lo grande que eras para tantos, para todos, porque es muy difícil encontrar a alguien tan puro como tú en unos tiempos tan locos en los que cada uno va a lo suyo.
Anoche las redes se iban encendiendo como pequeñas estrellas también tristes con tu nombre. A todos se nos ha parado un poco el corazón cuando el tuyo reventó de puro amor.
Salamanca, tu querida Salamanca, mi querida Salamanca, ha amanecido hoy con un sol triste, más pobre, desposeída de un hombre bueno. Bueno y tierno como el pan blanco, si así te repartías entre todos. Bueno y cercano con todos, aficionado de ley, amigo de ley, torero en la vida contra tus propios demonios a los que venciste en nombre de la alegría.
Porque alegría has repartido a manos llenas, querido Saquito. Alegría y bondad, que la destilabas por los poros, siempre tan dispuesto, tan entregado, mozo de espadas de todos un poco en la vida, que es el ruedo más difícil. Y con alegría quiero recordarte.
Nunca olvidaré cómo me cubriste las espaldas en mis momentos más duros, los laborales, cuando han venido mal dadas, y los del corazón, cuando se me quebró por la médula cuando tuve que dejar en los brazos de la muerte al hombre que más he amado.
Me dicen que te has ido y mi corazón sangra. Gracias por tanto como nos has dado, por tanto cariño, tanto apoyo y tanta bondad,
Nunca te olvidaré, querido Saquito, que hoy regresas al abrazo de esta tierra charra que hizo de sábana en tu cuna.
De todo, me quedo con tu 'Viviendo feliz' escrito en Facebook. Y espero que si hay vida al otro lado de la vida, esa felicidad sea tu eterna compañera de viaje.
Que se abran ahora las puertas del cielo para ti, amigo querido. Nosotros te echaremos mucho de menos en la tierra.