Aprender a manejar el dolor cuando se prolonga en el tiempo no siempre es fácil, pero sí es posible con un tratamiento médico adecuado, el apoyo de familiares y amigos y poniendo en práctica herramientas que nos ayudarán a controlarlo y a reducir la intensidad de los síntomas. De la mano de la Sociedad Española del Dolor, aprendemos a manejar el dolor crónico y descubrimos lo que está en nuestra mano hacer para sentirnos mejor, tanto física como emocionalmente.
- Aprender técnicas de relajación: Cuando la tensión muscular se mantiene durante mucho tiempo en alguna parte de nuestro cuerpo, el dolor aumenta. La relajación ayuda a aliviarlo o evita que empeore, reduciendo la tensión muscular. Ayuda a dormir, reduce la sensación de cansancio, mitiga la ansiedad y hace que otros métodos contra el dolor funcionen mejor. Siguiendo los consejos de los expertos, conviene buscar al día, al menos dos momentos, en los que practicar la relajación. Existen muchos métodos de relajación, entre los más sencillos, la respiración rítmica lenta (observa fijamente un objeto o cierra los ojos y concéntrate en la respiración o en una escena tranquila, inhala suave y profundamente y, al tiempo, contrae los músculos; al exhalar, relaja los músculos. Repetir una o dos veces para cada grupo de músculos).
- Otros métodos que s
e pueden añadir a la respiración rítmica lenta son la visualización (imaginar un lugar agradable y tranquilo), escuchar música suave o la relajación progresiva de las partes del cuerpo (una vez que estás respirando lenta y cómodamente, puedes relajar el cuerpo comenzando por los pies hasta llegar a la cabeza).
- Realizar actividades agradables y que siempre nos han gustado. Según señalan desde la Sociedad Española del Dolor, "el abandono o la disminución de las actividades agradables fomenta la depresión. Está probado que si nos sentimos tristes, manejamos peor nuestro dolor". No te limites a hacer planes, pasa del pensamiento positivo a la acción.
- Aprender a priorizar y planificar los días (hacer una lista de cosas que quieres hacer, marcarte pequeñas metas y dosificar la energía, tomar descansos entre medias?).
- Aprender a controlar los pensamientos negativos sobre el dolor. Pensar de manera negativa influye en el estado de ánimo, por lo que debemos aprender que además de ser inútiles no son reales. Hay que sustituirlos por otros más positivos. Un ejemplo: en lugar de pensar que el dolor es incontrolable, puedes decirte: si reduzco la tensión muscular con la relajación, tendré menos dolor y además estaré menos tenso y angustiado.