Renata, de 58 años de edad y origen portugués, es una persona sin hogar y deambula por las calles de Salamanca a diario
Hay personas que por unos motivos o por otros que lo perdieron todo de la noche a la mañana y se quedaron sin su trabajo y su casa. Uno de esos ejemplos es Renata, de 58 años de edad y origen portugués. Ella llegó a España hace más de una década y encontró empleo como dependienta en una tienda de Málaga, pero tuvo que venir a Salamanca por motivos personales.
Entonces, la vida empezó a pasarle factura y no llegó a poder trabajar en la capital salmantina, por lo que llegó un punto en el que no pudo pagar el alquiler de su vivienda y se quedó en la calle y sin nadie que la ayude. "Lo perdí todo, mi casa y mi trabajo? Ahora no sé donde voy a dormir cada noche", cuenta con tristeza.
"La gente me ayuda mucho, pero no me da para vivir bien. A veces me dan comida, dinero o mantas para dormir. El invierno es muy malo y he llegado a dormir sin nada con lo que taparme", asegura la mujer.