Los días más soleados y las tardes más largas llegan a su fin. En su lugar, las temperaturas bajan y las lluvias nos visitan más a menudo. Los cielos más grises y más nublados. Hemos empezado a sentir más frío en las mañanas y buscamos los jerséis. El verano está a punto de terminar. Este año el día que termina el verano y empieza el otoño 2016 es mañana, 22 de septiembre. Fecha en que además, también se produce el equinoccio de otoño.
El equinoccio de otoño es el momento del año en el cual el día tiene la misma duración que la noche. Este fenómeno únicamente se produce dos veces al año, cuando el Sol se sitúa en paralelo con el Ecuador de la Tierra y la luz solar incide igual sobre cualquier punto. Además, a partir del 22 de septiembre, momento en que llegará el equinoccio de otoño a las 16h, los días serán más cortos. El otoño es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápido, lo que significa que el Sol se pondrá en el horizonte antes y saldrá por la mañana más tarde.
Conocida popularmente como una estación yerma y melancólica, se nos presenta en estos días el otoño, conductor de cambios, amén de propiciador de balances emocionales. El ocaso meteorológico y espiritual nos motiva a resguardarnos en el interior, originando las clásicas postales: contemplar la lluvia, danzar sobre los alféizares; largos paseos sobre mantos de hojas marchitas; ver cómo se alzan y desmoronan los reinos.
Una vuelta por el campo, pasear por la ciudad. Los días oscuros o con el sol viejo que dora las piedras? la cámara y el paseo sin llegar a ninguna parte y girando concéntricamente alrededor de la Plaza. Pronto nos encontraremos en esa temporada en la que las hojas se caen, y antes de que caigan al suelo, los árboles adquieren una luz y un color especial. Una de las mayores ventajas del otoño son los colores que nos regala, una extraña mezcla, de rojo, verde, amarillo y marrón, prácticamente difíciles de encontrar juntos fuera de esta estación.
Es una estación ideal para escritores, fotógrafos y corazones sensibles. Los colores más tamizados y la posición del sol, convierten a algunos lugares en espacios diferentes, coloristas y con ese toque nostálgico que otorga el clima otoñal.
En la naturaleza, al aire libre, es donde podemos encontrar mayores posibilidades para encontrar muchos más escenas otoñales. Aunque también en cualquier parque urbano se puede disfrutar de esos paisajes, las hojas caídas, el tono de los árboles y sobre todo esos cielos que lucen impresionantes en el crepúsculo, cielos que son especialmente hermosos, románticos y, a veces, sumergidos en una desolación íntima que se conjuga con los espíritus más románticos.
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