Cada año se registran en España cerca de 400 brotes de enfermedades de procedencia alimentaria, lo que supone una media de uno o dos al día
Las intoxicaciones alimentarias se producen por la ingesta de alimentos contaminados por bacterias o sus toxinas, virus o parásitos, siendo más frecuentes en verano por el mayor número de comidas que se realizan fuera del hogar y el incremento de temperaturas que favorece la proliferación de microorganismos en los alimentos
En la mayoría de este tipo de enfermedades de transmisión alimentaria, para su prevención debe asegurarse una adecuada manipulación y cocinado de determinados alimentos, como puede ser la carne o la leche cruda, como evitar posibles contaminaciones cruzadas entre los alimentos crudos y los ya cocinados y respetar las normas ordinarias de higiene en la manipulación de los alimentos.
Cada año se registran en España cerca de 400 brotes de enfermedades de procedencia alimentaria, lo que supone un media de uno o dos al día, debido en un 50% a intoxicaciones producidas dentro del hogar por la falta de prácticas adecuadas de higiene, manipulación y conservación, según la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS) y tal y como publica Europa Press. Se entiende por brote un incidente en el que dos o más personas presentan una misma enfermedad después de ingerir el mismo alimento o agua del mismo origen, y donde las pruebas epidemiológicas los implican como fuente de la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el origen de las enfermedades transmitidas por los alimentos se debe al consumo de productos específicos, a sustancias que se incorporan a los mismos, a su contaminación por el recipiente en el que se conserva y a su preparación o distribución. Este tipo de enfermedades dependen tanto del tipo de alimento y de los hábitos de consumo, como de su producción. Los alimentos más comunes asociados a los brotes los huevos, carnes (vaca, aves, cerdo), leche, verduras, frutas, verduras, moluscos y agua
Las enfermedades de transmisión alimentaria son generalmente leves, moderadas y pasajeras. Sin embargo, algunas de estas requieren de un tratamiento específico, máximo en el caso de población con mayor riesgo (menores, ancianos, personas con sistema inmune débil o con enfermedades de base).
Principales causantes de las enfermedades de transmisión alimentaria
Entre los agentes causantes de las intoxicaciones alimentarias más comunes se encuentran: norovirus, salmonella, listeria monocytogenes y parásitos como giardialamblia, anisakis simplex, toxoplasma gondii, cryptosporidiumparvum y cyclospora.
Asimismo, también existen determinados parásitos asociados cuya presencia se ha visto incrementada por los nuevos hábitos alimentarios, como el consumo de pescados o cefalópodos crudos o semicrudos. Por ejemplo, el sushi, sashimi, boquerones en vinagre, ahumados en frío, entre otros.
Sistemas de prevención y control
Según datos del Centro Nacional de Alimentación (CN), la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (SEAN), y la Dirección General de Consumo del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2018 se habrían realizado 576.736 inspecciones y auditorías, 113.501 análisis sobre productos de consumo y 177.229 controles de etiquetado y de información al consumidor en productos destinados a la venta.
Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria realizó una encuesta en abril de este año y de ella se extrae que un 36% de los ciudadanos españoles muestran interés en las enfermedades de procedencia alimentaria. En este sentido, a la hora de comprar alimentos, un 53% valora el riesgo de los mismos.