Conocer a otras personas o buscar pareja a través de las redes sociales o páginas webs ha dejado de ser una excepción; nuevas tecnologías que pueden tener una influencia positiva "si se usan bien"
Las nuevas tecnologías han generado nuevas formas de comunicarse, incluso han cambiado las formas de conocer gente y también de ligar. De hecho, la forma más frecuente de conocer a otras personas ya es a través de un dispositivo móvil, a lo que se suma la proliferación de aplicaciones de citas y redes sociales. ¿Hemos aparcado la costumbre de hablar, o de flirtear, con alguien que acabamos de conocer?, ¿nos resulta más fácil ocultarnos tras una pantalla y eludir el cara a cara de una conversación?
Las nuevas tecnologías pueden tener una influencia positiva "si se usan bien", ya que "nos permiten comunicarnos en la distancia de forma rápida y eficiente", tal y como apunta Félix López, catedrático emérito de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca. Pero las redes sociales, apps de contactos? pueden ser un arma de doble filo cuando se utilizan como una herramienta de seducción. ¿Nos predisponen a transmitir una imagen irreal de nosotros para gustarle a la otra persona?
"Uno de los posibles usos perversos es construir una imagen intencionalmente errónea de quien somos con el fin de engañar, conseguir aceptación o incluso acosar sexualmente. O usar imágenes sexuales sin permiso de otras personas o noticias falsas, etcétera", apunta Félix López.
En este punto, la pregunta que nos surge es si corremos el riesgo de que nuestra identidad digital termine solapando nuestra identidad real, es decir, que perdamos la capacidad de relacionarnos de tú a tú, sin pantallas por el medio. Y la respuesta es que "sí, aunque solo le ocurre a una minoría, una nueva forma de locura que convierte el mundo virtual en real. Puede generar relaciones ficticias o dar lugar a relaciones conflictivas y traumáticas".
Las nuevas tecnologías, en sí mismas, no son perjudiciales, otra cosa es el uso que hacemos de ellas. De ahí que utilizarlas bien es clave para evitar riesgos innecesarios o situaciones como el acoso online. "Las nuevas tecnologías son una amenaza a nuestra intimidad. Y muy especialmente a nuestra intimidad sexual y amorosa".
"Como todo avance tecnológico, los humanos podemos usarlo bien o mal", pero, como añade López, "lamentablemente la falta de ética o educación los convierte también en un nuevo peligro. Nuestra identidad y nuestra intimidad están gravemente amenazadas si no educamos a los menores, y a toda la población; y si no conseguimos que las personas aprendan a hacer buen uso de su libertad y las posibilidades de la tecnología".
"Los adolescentes se educan con la pornografía, los adultos pueden construir dobles vidas virtuales conectadas o no con la realidad. El mercado amenaza nuestra intimidad para convertirnos en consumidores, etcétera". Pero hay más, porque "los abusadores y agresores sexuales se apoyan entre sí y usan de forma muy experta estas nuevas tecnologías".
"Son un avance del que debemos felicitarnos", apunta López, "pero ser conscientes que son también una grave amenaza. Aumentan nuestra libertad de acción para bien o para mal". Una pregunta que debemos hacernos todos: "¿cuál es su comportamiento, el de sus hijos y el de sus alumnos con las nuevas tecnologías?"