Comete estafa el que, con ánimo de lucro, utilice engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno
Todos podemos ser víctimas de una estafa, y según el Código Penal, comete estafa el que, con ánimo de lucro, utilice engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno. También lo comete el que, con ánimo de lucro, y valiéndose de alguna manipulación informática o artificio semejante, consiga la transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de tercero. Así como los que fabriquen, introduzcan, posean o faciliten programas de ordenador específicamente destinados a la comisión de las estafas. Atendiendo a la información de la Guardia Civil, estas son las ciberestafas más comunes:
- Estafas de pago por anticipado: La víctima es persuadida de adelantar dinero con la promesa de obtener una mayor ganancia posteriormente. Puede tratarse de un timo de compra online (una página web anuncia, por ejemplo, un coche de alta gama; el vendedor afirma que no puede realizar la transacción porque normalmente no está en el país pero ofrece que un conocido suyo traslade el vehículo previo pago de dinero); estafas sentimentales, amorosas o de romance (el estafador usa un servicio de citas online o de mensajería instantánea demostrando interés sentimental en la víctima y a veces enviando fotos de una persona atractiva y, una vez ganada la confianza, propondrá encontrarse pero pedirá dinero con la excusa de realizar algún pago); extorsiones (amenazar con un secuestro o una agresión); estafas de caridad (el estafador suplanta una organización
de caridad solicitando donaciones para catástrofes naturales, ataques terroristas, enfermedades o para atender a una madre o hijo enfermos); ofertas de trabajo falsas (la estafa consiste en ofrecer un puesto de trabajo, previo pago); oportunidades de negocio / trabaje desde casa (se ofrecen grandes rendimientos o trabajos muy rentables).
- Fraudes de Tarjeta de Crédito: Consiste en crear sitios web, aparentemente auténticos, de venta de bienes inexistentes o de valor inferior al real, de entradas de conciertos falsas, espectáculos, eventos deportivos.
- Phishing: Muy parecido al anterior pero normalmente se realiza a través del correo electrónico o servicios de mensajería instantánea. Se intentan obtener datos sensibles de la víctima, no sólo de tarjeta de crédito sino también claves y nombres de usuario para suplantar su identidad en entidades de crédito y tener acceso a cuentas de correo legítimas desde las que continuar la estafa. Normalmente el funcionamiento consiste en el envío masivo de correos electrónicos (Spam) simulando proceder de una entidad bancaria o de pago por Internet utilizando muchas veces sus logotipos o gráficos originales, y solicitando verificar o confirmar la información de la cuenta de que se disponen en esa entidad.
- Pharming: Es una variante del anterior en la que los timadores buscan vulnerabilidades informáticas en sitios web auténticos para poder direccionar las visitas que se realizan a éstos hacia sus propias páginas web desde las que obtienen la información de las víctimas.