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Un ataque de buitres acaba con la vida de una vaca que estaba de parto en Vilvestre
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los hechos ocurrieron el pasado viernes

Un ataque de buitres acaba con la vida de una vaca que estaba de parto en Vilvestre

Actualizado 19/08/2019
Redacción

El propietario encontró a más de 200 rapaces devorando los cadáveres de la res y su ternero

La provincia de Salamanca ha registrado un nuevo ataque de buitres a ganado vivo. Los carroñeros mataron el pasado viernes en Vilvestre a una vaca de segundo parto y a su cría, que apenas asomaba la cabeza. El propietario cree que las rapaces atacaron al animal nada más comenzar el parto. Cuando llegó a la finca encontró a "entre 200 y 300 buitres" que acababan de comenzar a devorar a los animales. La vaca, una limusina pura de tres años y medio de edad, estaba sana, al igual que el ternero, que no presentaba ningún problema relacionado con el parto.

El ganadero reconoce que es el primer ataque de estas características que sufre en su finca, aunque es un problema muy común en esta zona del oeste de la provincia salmantina. De hecho, el pasado mes de enero, Vilvestre registró otro ataque de buitres que se saldó con la muerte de otra vaca que estaba de parto. La población de estas rapaces es muy abundante en esta parte de la geografía charra, pues los buitres cuentan con innumerables criaderos en los alrededores.

El ganadero afectado por este último ataque pide a la administración "una solución urgente para este problema" y afirma que "el remedio pasa por que nos dejen tirar los cadáveres en los muladares. Si el buitre es un animal protegido, tiene que estar correctamente alimentado", añade. El propietario solicitó hace unos meses los permisos pertinentes para poder depositar los cadáveres del ganado en los muladares, pero la administración regional le denegó la autorización.

La provincia salmantina ha registrado tres ataques de buitres a ganado vivo en apenas veinte días. Por ello, ASAJA Salamanca reclama a la administración una mayor sensibilidad ante esta problemática y la puesta en marcha de medidas urgentes que sirvan, por un lado, para reducir el número de ataques y, por otro, para compensar las pérdidas económicas que sufren los ganaderos afectados.

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