Los miembros del sector coinciden en que los animales tienen un precio mucho más elevado que hace unos años
Uno de los eventos tradicionales durante el verano en las fiestas de cualquier pueblo son los espectáculos taurinos, dado que consiguen reunir a un gran número de gente mediante las capeas, vaquillas o encierros.
Sin embargo, este tipo de actividades son cada vez más caras por la escasez de toros -especialmente- que se está produciendo en los últimos años a consecuencia de la crisis ganadera que empezó en 2009. Además, el precio del ganado ha subido en torno a un 40%, por lo que un toro que hace poco tiempo costaba 1.500 euros, ahora casi dobla su precio.
Por otro lado, las ganaderías venden los toros a las corridas de la plazas para los festejos denominados como serios -los que tienen un mayor cartel- y temen que los municipio solo puedan comprar los que tienen defectos.
Sin embargo, el precio del ganado para su lidia en festejos taurinos oscila mucho, puesto que puede ir desde los casi 170.000 euros que se pagan en San Isidro hasta los 4.800 que cuesta una corrida de una vacada sin prestigio para una plaza de pueblo, aunque hay una amplia gama intermedia que es la que permite que haya tantos espectáculos taurinos.
Además, a todo ello hay que sumarle los gastos de alquiler del recinto, personal, seguridad y todo tipo de seguros.